En una oportunidad me contaba un poeta amigo” Todos los  días  me levanto con ganas de abrazar a quien se cruza en mi camino, darle una palabra de aliento y compartir sus penas y alegrías”.

Toda promesa tiene un límite de credibilidad absoluta como la palabra no solamente debe ser usada para pedir disculpas cuando el error se nota a muchas leguas.

No por mucho mirar la luna, la persona se vuelve romántica o por observar las estrellas puede ser un buen astronauta.

En la vida real,  vale tanto el estudio como las capacidades naturales que  acompañan a las personas desde su nacimiento.

Diariamente se ve a una juventud que a fuerza de constancia y esfuerzo, va labrando un horizonte de ventura,  que se preocupa por el porvenir y haciendo uso de entereza precoz, se antepone a los avatares de la vida y va labrando su futuro a costa de  lucha feraz y sostenida.

Mientras se vive en un ambiente de incertidumbre y nada alentador, un grupo minoritario gana sueldos más de la cuenta, otros lo suficiente, una mayoría considerable es mal pagada y un buen sector,  solamente DIOS sabe qué hacen para subsistir.

Quien camina diariamente por las rutas de siempre, luciendo el rostro alegre del triunfo, aunque por dentro le corroe las entrañas, alguna parte del medio ambiente, significa que la persona ha logrado vencer sus emociones negativas y antepone al caos íntimo una sonrisa de felicidad. 

Los grandes hombres como cualquier  mortal, son aves de paso que caminan apurados sobre la faz de la tierra. Dejando en su recorrido toda una estela inocultable de creatividad que lo hacen imperecederos para la historia y generaciones futuras.

En mi largo y diario recorrer por los caminos de la vida, he podido ver y escuchar de todo, pero no se borra de mi mente, el comentario que hace la juventud ante los desaciertos a sabiendas de las personas públicas, profesionales o no; que  a veces tocan fondo inocentemente, no por  incapacidad técnica, sino…

No se puede pasar la vida con personalidad bien cimentada, prometiendo acciones que nunca serán  realidad por ser producto de la falsedad y de sueños de imposible realización.

Cuando los sueños dejan de ser simples sueños, todos nos encontramos con la auténtica realidad y si no estamos preparados para recibirla con los brazos abiertos, este encuentro puede ser traumatizante que hasta puede depararnos una cierta inutilidad para afrontar los problemas que nos depara el mundo actual y el peso de la modernidad.

El hombre verdadero y que desea trascender para dejar huellas de su paseo terrenal, es un ser en continuo aprendizaje y así transcurre toda su existencia, por esta razón, así sea una real eminencia de aquellos que marcan la diferencia, jamás debe pensar que ya lo sabe todo y los demás no tienen nada que…