UN AÑO NUEVO CON FUTURO

UN AÑO NUEVO CON FUTURO

Llegó la Navidad y la celebración de esta fecha tan esperada por todos los que pueblan la faz de la tierra, para muchos fue como un día cualquiera en vista de los escasos ingresos económicos que no permite a una gran mayoría, grandes festejos. Muchos se volvieron bondadosos e hicieron regalos por doquier. Otros se encerraron bajo cuatro paredes y no mostraron su tan mentada caridad con la gente más necesitada. Siendo la Navidad una fecha para reafirmar la amistad, la entrega, la fe, la ayuda desinteresada. Para algunos fue un momento para demostrar un protagonismo desmedido con afanes personales, dejando entrever que todo encierra un fondo político. Pocos lo hacen porque les nace del corazón. En realidad, esta falta de cohesión, concertación de algunas personas con la sociedad o la poca identificación con la población de parte de instituciones que tutelan los destinos de las regiones, a nada bueno conlleva. Más bien esta falta de humanidad y compañerismo entre compatriotas crea desconfianza en los mismos grupos humanos.

De nada vale que los departamentos del Perú tengan abundantes riquezas, proyectos maravillosos que darán fruto a corto plazo, leyes aprobadas a favor del pueblo, grandezas en vías de explotación, apertura de rutas internacionales por mar y tierra. Para que estas materias primas rindan los beneficios estimados; antes que nada debe haber una profunda calidad humana entre todos los que conforman la masa humana en vías de desarrollo.

Debe haber entendimiento, comprensión, convicción, humildad y dignidad frente al entorno social. Si no hay este cambio de mentalidad y la cultura de las personas no va de acuerdo con las condiciones humanas que exige la modernidad para producir más y mejor; seguirá el ambiente de codicia y ambición corroyendo las entrañas de los hombres y se seguirá viviendo en la pobreza mientras muy cerca de la hambruna la natura luce oronda su caudal de promisiones. Hay que visualizar los futuros totalmente espiritualizados. No pensar para así mismo sino con visión planetaria, sin injusticias y maldades. Sin violencia ni explotación. Sin formas de vida obsoletas, pensado en la niñez que no tiene la culpa de antiguos errores. La mentira, el abuso, la corrupción y la inmoralidad, siempre fueron el veneno de todo ser pensante. Que el conocimiento invada los corazones para que el mundo sea mejor. Que esto sirva de reflexión y que el Año Nuevo marque el paso de nuevas realizaciones basándose en la unidad nacional donde el amor y la paz sea la oración de todos los días.

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