POR MÁS CALIDAD DE VIDA

Cuando los sueños dejan de ser simples sueños, todos nos encontramos con la auténtica realidad y si no estamos preparados para recibirla con los brazos abiertos, este encuentro puede ser traumatizante que hasta puede depararnos una cierta inutilidad para afrontar los problemas que nos depara el mundo actual y el peso de la modernidad.

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Si bien es cierto, que estamos en la era del conocimiento y mientras más sabiduría se tenga, más fácil será la existencia. Más en vista de tanta necesidad existente, muchas veces las personas se ven obligados a dejar los estudios para trabajar y sobrevivir de cualquier manera. Puede darse el caso que por ese alejamiento de las aulas, se esté perdiendo un gran talento para la posteridad. Por esta razón, es muy necesario que existan facilidades para adquirir sabios postulados y a la par debe crearse la oportunidad de trabajo y cada cual pueda desarrollar todas sus facultades y ser útil a su familia y por ende  a la patria. A simple vista,  todo parece fácil, pero en esta danza de ser o no ser, ya se han ido miles de generaciones al más allá y se sigue en lo mismo, viviendo de esperanzas, pensando que los tiempos idos fueron mejores y los que vienen se tornarán  cada vez más difíciles. La acción de hallar la ruta de bonanza es tarea de todos, no solamente de los políticos que a pesar de sus fórmulas maravillosas, aún no se ve una efectividad digna de halago. Una férrea concientización en lo que tenemos y qué es lo que nos falta para lograr la victoria, es muy urgente en estos momentos de reflexión. Una humanización total es primordial, de tal manera que aquel que llega a estar en la conducción de los destinos de esta patria roja y blanca no se olvide de sus correligionarios a quienes les prometió el oro y el moro cuando estaban en campaña. Que vuelva los ojos hacia atrás de tal manera que todos tengan la oportunidad de laborar y sean equitativos los sueldos, existan  las mismas condiciones de vida. Muchos dirán que esto es utopía pero si hay igualdad en el corazón, se puede lograr este anhelado estado de vivir. Nada cuesta ponerse la mano en el pecho y repartir las utilidades en partes iguales. Solamente hay que dejar de lado y  para siempre la ambición de querer acaparar todos los puestos de trabajo o llevarse cantidades de dineros sin hacer nada o tan sólo por guardar silencio o decir ¡si! a todo lo que dice el jefe inmediato. La personalidad debe ser indeclinable para no caer en bajezas, inmoralidades, corrupción, venta de conciencias. No solamente hay que modernizar el hogar sino espiritualizar el alma para no ser tentado por los pecados capitales que llevan a la desgracia humana. Tener fe y creer en un ser superior. Esto no quiere decir que estemos arrodillados ante el divino todos los días orando. La mejor señal de afecto  que se le puede mostrar a un ser divino es tratar a cada instante de ser perfecto y sabio. El camino para llegar a este  umbral  es muy escabroso cuando no hay las facultades suficientes en las entrañas, pero vale la pena adquirirlas con tesón e intentarlo porque es la única forma de vivir feliz y en paz. Por lo que se deduce, no todo es acaparar dinero, o tratar de llegar los más altos puestos tan solo por vanagloria. El verdadero fin es ayudar a los demás a solucionar sus problemas, a ser una esperanza para el entorno, a utilizar el talento para mejorar la calidad de vida, para definir objetivos comunes de bienestar general. Si todos pensáramos de esa manera, aunque sea una vez al año, este mundo sería diferente y  digno de ser vivido por toda la humanidad.

 

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