En las escarpadas faldas del cerro El Siglo, cuando aún el urbanismo no había tocado sus pies; en las noches, su bruma era espesa que semejaban las fauces de una fiera mitológica queriendo devorar el horizonte.
Día: 12 octubre, 2012
LA NIÑA HUERFANA
A orillas del río, bañado por sus aguas cristalinas había un valle cual huerto prodigioso de dicha y de maldad. Se divisaba al pueblo y la riqueza de la tierra con su fruto dulce para el amargo sueño.
LA NOVIA DEL PARQUE
¿Cómo está mi vieja linda? ¡Qué alegría volver a casa! Si hasta juré no volver más al barrio. Pero he retornado para contemplar como cuando niño Tu sonrisa amable.
EL MILAGRO DEL PUQUIO
Cindo Peña bajaba presuroso, caminando sobre las piedras. A lo lejos se divisaba la casa del poeta. Poco a poco se internaba en la floresta. El verde carrizo y las campanillas en abrazo fraternal formaban un tupido techo al sendero.
EN POS DE LA VIDA ETERNA
Desde mi lejana juventud tenía intenciones de conocer personalmente a PEPE CAÑA, era muy conocido en su barrio de LITARDO por su gran capacidad de improvisar DECIMAS. Vivía a 50 metros del mar y a unos pasos más allá se extendían los inmensos sembríos de especies agrícolas.
TAN SÓLO CENIZAS QUEDAN
Por la luz del infinito Que a mi entraña la engrandece En el sendero marchito ¡TU RECUERDO RESPLANDECE!
NO SE HACE PATRIA SIN HUELLAS
Si es que se pasan los años Sin crear habilidades Vienen luego desengaños ¡POR ESCASAS CUALIDADES!
ETERNAMENTE JUNTOS
En el bucólico pueblo de LA ESMERALDA, enclavado en plena sierra sur de Moquegua, vivía Flor de Luna y era una belleza natural, que ya empezaba a lucir sus quince años con todo su mágico esplendor.
LA HUELLA ETERNA DEL ALMA
Era una mujer muy hermosa que no pasaba de treinta primaveras; de aquellas que con tan sólo mirarla, se queda grabada en la retinas para siempre. Sus ojos tenían el reflejo del sol cuando aparece en lontananza con sus ansias de visión universal.
DIVINO FRUTO DEL SUELO
LA VENTUROSA, era una localidad que se distinguía por sus riquezas petroleras y mineras, pero a pesar de tal grandeza, lo que reinaba era la pobreza en la localidad. El dilema era si explotarla o no y de esta manera no contaminar el medio ambiente.
EL ÚLTIMO GLADIADOR
Eran muy comunes las peleas de gallos en la hacienda SAN COLOMBANO, todos los fines de semana. Era un lugar apacible de verde vegetación pero cerca al mar en la que día y noche se escuchaba el ruido de las olas.
POR AMOR A LA NATURA
En el hogar de la familia Flores de la Colina tenía tres hijos: Carlos, María y Bertha. La Sra. Rosa de la Colina le gustaba las plantas ornamentales en la sala y tener el jardín bien arreglado y a Don Felipe Flores de igual manera. En cambio Carlos odiaba las plantas. María y Bertha si…