QUE NO MUERA LA ESPERANZA

Dos mil veintiuno termina
entre duros sinsabores
ojala el que se avecina
brinde mutuos esplendores.
 

Por la pandemia mundial
hiere el covid la salud
si el cuidado no es virtud
se hace víctima del mal.
Sin previsión especial
el latido se elimina
más la vivencia culmina
previo duro padecer,
con alto luto en quehacer
dos mil veintiuno termina.
II
Poderosa economía
al perder su dimensión
se torna en oposición
por recuperar valía.
Interfiere en toda vía
activando resquemores
pues renacen impostores
apoyando los reveses,
si han pasado doce meses
entre duros sinsabores.
III
No abunde en las sociedades
la tiranía en el ser
generándose valer
aun sin las capacidades.
Ya no más celebridades
que al baluarte lo margina
y al inepto determina
inventándole bondad,
no tenga tal mezquindad
ojala el que se avecina.
IV
Ya nunca el oportunista
o al líder improvisado
ocurre que el desfasado
no tiene sentido altruista.
Forma su corte anarquista
sin explicar pormenores
al dar sitio a defensores
mejor que no haya inconciencia,
en honor a la existencia
brinde mutuos esplendores.
V
Se quiere plena justicia
y al que delinque prisión
más no tenga protección
el cófrade de impericia.
Ajeno a la cruel ambicia
darle su altura al talento
denote un emprendimiento
sin las recomendaciones,
avance con proyecciones
de acuerdo al conocimiento.
VI
No existan las voces viles
de traicioneros baratos
o adulones insensatos
con la sarta de serviles.
Enciendan claros candiles
más que genuinos valores
visionarios e inventores
que diseñen nuevo mundo,
compartiendo don fecundo
los cerebros creadores.
VII
El de ego a más no poder
creyéndose superior
pise la tierra el señor
que no es dueño del saber.
Todos pueden aprender
al ser una cualidad
lo que importa es la humildad
y muy libre dar la mano,
dando un norte desde el llano
a la fiel humanidad.
 

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