¡DOS MIL  VEINTITRÉS DE LUZ

Al marcharse el año viejo
en vista que el nuevo viene
 de dicha sea reflejo
la esperanza se mantiene.
 

 
Ningún tiempo fue excelente
ni total ha sido malo
lo que falta es todo un halo
de armonía entre le gente.
Si se renueva la mente
con el más sabio consejo
se cambiará de aparejo
vislumbrando aurora amena,
por la que no exista pena
al marcharse el año viejo.
II
Si no hubiera la ambición
mucho menos la avaricia
se activará la pericia
ajena a la corrupción.
Daría afán la innovación
si arte y ciencia más se tiene
y al ser lo que más conviene
habrá quien el rumbo afine,
dos mil veintidos culmine
en vista que el nuevo viene.
III
Todo lo que se padece
hallarle la solución
es que si hay fiel convicción
se verá cómo se crece.
Si de astucia se adolece
no quedarse al fin perplejo
más sin espíritu añejo
permitir modernidad,
pues mediante la humildad
que de dicha sea reflejo.
IV
Ya no más las cofradías
apoyando ineptitud
más bien surja la virtud
delegando gratas vías.
Sean todos nobles guías
de lo que altura retiene
y nunca el que contraviene
anulando las condenas,
que una patria sin cadenas
la esperanza se mantiene.
V
Políticos sin visiones
las excelencias serviles
acaben sus hechos viles
y no irradien sumisiones.
Se quiere trasformaciones
sin amantes del cinismo
que con claro oportunismo
no es por nada solidario,
en la nación prime a diario
absoluto patriotismo.
VI
Los amantes del dinero
mejor sean negociantes
pero nunca gobernantes
porque embarran el sendero.
Si hay cariño verdadero
una esencia singular
será el país bello lar
compartiendo su esplendor,
bajo la paz y el amor
brille mutuo bienestar.

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