TRASCENDER CON EL ESTUDIO

Una gran parte de los jóvenes que siguen estudios superiores universitarios especialmente, muestran cierta desatención a  los estudios por diferentes motivos.
 
tasty-4
 

Unos trabajan, han formado un hogar, algunos son padres o madres solteras, el dinero no alcanza para estudiar y se muestran apáticos en los estudios. Y una minoría significativa no va simplemente porque no quiere  y dice – para qué estudiar si mis padres tienen recursos económicos y nunca me va a faltar nada. Sea cual fuere el origen o el motivo de la ausencia en los claustros universitarios, el joven no debe echarle la culpa a lo ocurrido, porque en algo tiene culpa. Si se adelantaron al ciclo vital normal de cada ser. Todos deben tener la suficiente entereza para asumir con responsabilidad su nueva forma de vida pero que no sea óbice para dejar los estudios. Con mayor razón, si la persona se basa en posibles herencias para abandonar su alma mater. El fin de cada ser, no es vivir a costa de otros, sino al contrario, crear más riquezas si ya  tiene pero a la vez, desarrollando capacidad intelectual. Para que no se repita la historia: Lo que los padres lograron con sacrificio, los hijos, o  los nietos lo pierden  fácilmente. Es que los tiempos han cambiado. Ante se decía,  si no estudio, entonces trabajo, pero ahora no lo hay ni lo habrá en un futuro próximo si no se tiene cualidades intelectuales para enfrentar con éxito  el futuro. Cada vez está más difícil la situación. Es muy notorio, si alguien trabaja en una empresa particular y después quiere asimilarse o tener una oportunidad en las instituciones estatales, no tiene la oportunidad así tenga los atributos suficientes para desempañarse con éxito. Los motivos son muy visibles. Bien no hay una vacante o los puestos ya están  separados para  los allegados al que tiene le poder, o para el que es sumiso y sabe aplaudir al candidato aunque de  trabajo no sepa nada. Esto ocurre hasta con los mismos profesionales que deambulan por la calle buscando un puesto de trabajo mientras si lo tienen los que no son buenos para nada, salvo honrosas excepciones que si merecen estar en un puesto laborando por su capacidad y calidad humana. Esta historia se repite en cualquier latitud y se nota a simple vista donde uno quiera que vaya y causa indignación mientras viven todos orondos los que disfrutan de jugosos sueldos sin una productividad que marque diferencia. Al patentarse el acomodo, el talento ha rodado por los suelos. Entonces ¿Quiénes van a poner orden? cuando  está mal orientado la mentalidad que no se tiene compasión ni con la misma familia. ¿Las personas mayores de edad o los jóvenes? Hay que hacer una aclaración. Hablamos de gente con experiencia que ha mostrado proyección social en base a sus conocimientos y de jóvenes con iguales condiciones y con ansias de trascender. Para nadie es raro que haya gente que vegeta 30 años en sus puestos de trabajo, no deja huellas pero sigue aferrado al puesto aunque no ya no  lo necesite, como también hay jóvenes que parecen  ancianos y no tienen la mínima intención de ser protagonistas de la historia de su pueblo.  Por eso bienvenidos la voz de la experiencia y la euforia juvenil siempre y cuando sean líderes de un nuevo porvenir. Los demás tienen que alinearse sino quieren ser una carga para su familia y el país. De ser así, lo único que queda es poner manos a la obra, pero con el fin de progreso muto, no por riquezas individuales, porque eso lleva a la explotación. Se puede avanzar en grupo hacia mismos ideales, lo único que falta es dejar de lado los egoísmos y trazarse objetivos comunes y que se le de el sitial de honor a todos los que se merecen y a los que no, o solamente hacen daño al prójimo; que se bajen de su nube y que empiecen de nuevo que nunca es tarde para ser útil a la patria.
 

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *