OJOS QUE NO QUIEREN VER

En esta vida se ven unas cosas que hasta dan ganas de llorar.

tasty-37

Es muy común  observar en oficinas de empresas e instituciones a personas que laboran felices de la vida y dentro de su entorno giran sus pensamientos y miran el ambiente exterior de manera tan despectiva como si no existiera. Sea o no el puesto de importancia, por el hecho de pertenecer a tan prestigioso ente, le origina unos aires de suficiencia y miran a los demás como si fuesen de cuarta categoría y ellos no más valieran  por sobre todas las cosas. Caminan por las calles con mirada global y ni siquiera se dan un tiempo para ver lo que pasa a sus costados. Unos más soberbios aún,  no conocen al amigo de infancia, al compañero de carpeta,   al de la promoción y si los saludan, le preguntan todo extrañado ¿yo te conozco? Peor aún si les piden un favor, responden muy ceremoniosos ¡Vuelve otro día que hoy no tengo tiempo! ¡Pero qué tal inconciencia¡. Se portan igual que los que ocupan un puesto o ascienden negociando sus derechos  y libertades, que cuando están con el jefe, si se les habla, se hacen los desentendidos. Hasta adoptan poses y características del que le dio mando por  su servilismo adrede. Qué falta de personalidad y como le rinden culto al falso líder que logra popularidad por la euforia de algunos incautos seguidores que  dan vivas por interés. En estas publicas demostraciones de ego, hay toda una variedad de manifestaciones que desnuda a la persona. Pero la raíz de comportarse como si fuese de otro planeta, es porque que tienen amistades que manejan las riendas de la ciudad, porque ocupan un  opuesto de autoridad, porque tienen dinero, se han  especializado en alguna materia y es lo que le da cierta altanería ante los demás. Pero si se analiza a cada uno de las  “eminencias de turno” resulta que a pesar de la grandeza que dejan entrever, ninguno ni siquiera de la boca para afuera, en su gran trayectoria de connotado representante del saber y la cultura, ni siquiera ha hecho notar su presencia con alguna idea innovadora que marque diferencia y que se aplique y sirva de derrotero para que la sociedad encuentre el camino de nuevos horizontes. Todo es pura palabra, poses de ser grande, alardes de sapiencia, rasgos de prepotencia, perorata inútil y lo peor; tan solo es el ideólogo de salón, el talento de la esquina,  el sabio de cafetines que dentro de su grupo es el super héroe, pero fuera de ello; es un silencioso testigo del acontecer ciudadano porque jamás pone las manos donde hay fuego. En este sentido. No hay ningún motivo para creerse rey, ni por sabiduría ni por luchador social, ni por eficiencia laboral ni por tener don de gente. El que es verdadero guía es totalmente humilde y sale al frente  hasta en situaciones adversas porque no le interesa su prestigio sino el bien del pueblo. Nunca es  el eterno comodín de los que hoy día adoran a Dios y mañana al diablo.  O al que sin serlo, con adulaciones baratas, colocan a la persona en la cúspide del estrellato y cuando se cae la luminaria, son los primeros en correr y sacar el cuerpo porque sólo fue un oportunista. De esta variedad de camaleones, desgraciadamente  hay por toda la tierra y se dan a conocer fácilmente por su raciocinio sesgado. Uno lo escucha y se queda atónito de sus impresiones, quieren oscurecer a como de lugar, la luz del día con un dedo. Se creen dueños de la verdad y no aceptan otra opinión. Forman grupos en la cual no puede estar el que es reservado o ecuánime en sus apreciaciones, Solamente se acepta al que habla el mismo lenguaje de la farsa.

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *