LO INFORMAL ES LO QUE REINA

Todo el mundo sabe, menos el que no quiere escuchar; que las palabras de boca en boca acrecientan su significado cuando no tienen solidez pasando de la realidad a la fantasía.

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Por esta razón hay que tener en cuenta muy bien la fuente de donde viene la información. Es que  hay especialistas en fomentar rumores y basados en el dicho que si “el río suena es porque piedras trae” se le da credibilidad a cualquier murmullo pero eso no es propio ni natural de una persona de éxito. El ser que quiere marcar diferencia hoy y siempre, debe ser incrédulo a todo lo que no es comprobado ni comprobable. Quien no sabe que hay especialistas en traer y llevar noticias porque de eso viven. Caminan apresurados, algo asustados, sonríen mecánicamente, se agachan ante la realidad y frente el superior no saben que hacer y hasta son capaces de arrodillarse porque le deben la vida y para eso le pagan para que sean sumisos y digan si a todo  al no tener voz ni voto. Es un oficio denigrante para el que tiene sus cinco sentidos pero hay una gran cantidad que lo desempeñan de día y con sol a vista y paciencia del que le gusta este tipo de personajes originados de la peor casta y ellos se sienten felices porque dentro de su pequeño y reducido pensamiento  creen que están haciendo algo bueno. Más en una sociedad desarrollada, esto no es así. Lo único que  tiene validez es lo que se puede palpar, mirar, escuchar ve, oler, lo demás es fantasía y no tiene razón de ser. Pero esta es la realidad, claro que el  servil no más no tiene la culpa porque si nadie le da tribuna, se pierde en el anonimato; sino también el que tiene el poder que es amante de gobernar en base del chisme barato. Está tan difundido, que ya es normal que detrás del jefe omnipotente haya un personaje que con la careta de inocente, sea el que  tiene al día al superior en cuanto a noticias se refiere y lo peor, difunde hasta mentiras a diestra y siniestra por orden del de arriba y si no lo hace como él quiere, recibe la reprimenda del año y pone en juego su puesto. Así están las cosas. En este sentido nadie puede dar una opinión personal en el centro de trabajo porque ahí mismo como por arte de magia lo sabe el que maneja la nave. Por eso todos trabajan como un una penitenciaría, al miedo, cuidándose el uno del otro. Lo que deriva que no hay confianza, ni camaradería ya sea en una institución pueblo región o país. Esta costumbre tan acendrada es parte de la identidad nuestra y sin mayor explicación viene acrecentando su permanencia en los estratos sociales.

De seguir así, al paso de unos años; se va instituir como una carrera profesional y luego fundarán su colegio, lo que sería el colmo.  Esta reflexión un tanto jocosa tiene bastante de cierto, nadie podría negar que no existen pero ¿Porque? Es que casi nadie cuando llega a la cima convenciendo de manera total. Se logra el umbral muchas veces por intereses creados, por una publicidad desmedida o por el apoyo de fuerzas superiores que lo encumbran de la noche a la mañana, pero no tienen el apoyo total de su grupo o pueblo. Entonces hay descontento de una parte que se trasluce en críticas a veces hasta despiadadas, por la que el mandamás tiene que tener sus contactos para que le avisen todo lo que sucede a sus espaldas y una vez identificados los que se quejan, cortarle la cabeza de inmediato para poder gobernar. Pero nadie es capaz de demostrar con hechos, con obras, con acciones verídicas que el puesto le pertenece y que está equivocado en sus apreciaciones. En este sentido, el que está libre de polvo y paja y tiene sus atributos  intelectuales suficientes,  no necesita de nadie para  ejercer mandato y esa es la mejor forma de demostrar capacidad en todo tiempo y espacio.

 

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