En estos momento tan críticos por la que atraviesa la patria y hasta cuando hay épocas de bonanza en el horizonte, una gran mayoría de ciudadanos se esperanzan  que la solución de sus múltiples problemas reside en la capacidad y bondades de las autoridades de la localidad o a nivel nacional.

Si no brindan un panorama aparente como para encontrar en ellos una ventana hacia el exterior que le permita respirar con libertad, expresan una serie de opiniones adversas en la que dejan entrever que son lo peor del mundo. Todos quieren que los que están manejando las riendas de la patria sean como ellos lo desean. Tan es así que  si no tienen  trabajo, y no se les proporciona,  ellos no merecen ocupar el lugar donde están, según parecer muy personal por cierto. Si se quiere ser jefe y no se llega y más bien otros ocupan  altos cargos; los que tienen el poder mejor que se vayan, se vocifera a cada instante. Lo que no se explica nadie, es por qué se tiene que pensar como si una sola persona existiera en esta  cuna roja y blanca. Como si  el padecimiento fuera de un solo ser y no de una gran mayoría que hoy día vive en la extrema pobreza. Como si  los que se ciñen la banda tuvieran que ver la situación uno por uno y darle una luz en su oscuridad en que vive. En este asunto hay dos puntos que analizar. Los padres de la patria deben enfocar a conciencia y de manera global, qué es lo que más adolece la sociedad y buscar los métodos correctivos para que nadie viva atormentado en su propio país. Por otra parte cada ser conformante de la colectividad  debe ser el arquitecto de su propio porvenir, significa que debe desarrollar a fuerza de voluntad  su innatismo, cualidades, habilidades, aptitudes por medio del estudio, que le permitirá estar listo para entrar a tallar en la gran lucha por el desarrollo sostenido  de la región. No puede permanecer ajeno a lo que sucede y esperar sentado que le llegue el pan a la boca. Ya no es tiempo de los eternos reclamantes, estamos en la época  en que cada cual debe diseñar  su propia ruta de avance indetenible y mediante el dialogo alturado tratar de ubicarse en el sitial que le corresponde en su grupo social y los que ostentan el mando deben tener calidad humana y sin que le pidan, reconocer el umbral al que se  merece y colocarlo donde debe estar. En esta valoración de la persona humana solamente se debe tener en cuenta su capacidad laboral y toma de decisiones. No debe entrar a tallar para nada, la familiaridad,  el apoyo eterno  que existe en los círculos cerrados,  la amistad, la ayuda al que más tiene, o a satisfacer  ambiciones ajenas, a favorecer a personas que ya cumplieron su ciclo pero que solamente fueron uno más en la ruleta la existencia, etc.  Sobre este punto hay que tener en cuenta que no siempre la experiencia o la edad significan mayor suficiencia como también,  la  juventud simboliza eficiencia.  Hay personas  que merecen que sean eternos por sus conocimientos, como hay otros que deberían irse lo más pronto posible de este tierra y no volver jamás por ser nada más que simples consumidores y jamás fueron creadores ni de su propia senda de existencia.  Si hay empatía o unidad de criterios de manera solidaria, de ir hacia un mayor aprendizaje, vendrán tiempos de ventura de manera total, pero si cada cual camina por su lado y el vivo vive del tonto y el tonto de su trabajo; peor aún si cada cual se preocupa por sí mismo nada más y no mira lo que sucede a su alrededor, seguiremos como estamos por los siglos de los siglos y esto no será culpa de ningún mandatario sino de nosotros mismos. Cada cual  debe edificar  su propio rumbo hacia un mejor porvenir, pero eso sí,  los convenidos de siempre; ya es tiempo que se alineen y aunque sea por única y última vez, muestren su personalidad y sean útiles a la patria por respeto así mismo y a sus familiares. Es preferible morir de pie con honor que de rodillas ante el poderoso.