Hay personas que nos conocen muy bien pero cuando nos cruzamos por las calles de siempre, se pasan de largo como si fuéramos extraños en este mundo tan pequeño.
Esta desatención muchas veces ocurre porque caminan ensimismados en sus problemas y lo hacen tan concentrados que ni siquiera se dan cuenta de las íntimas amistades. Por supuesto, es una gran excepción a la regla ya que hay el tipo de individuos que lo hacen a propósito. A pesar que saben de quién se trata; se hacen olímpicamente los desentendidos, quizá esperando que les den la voz o le hagan alguna reverencia para luego decir como vana disculpa de última hora !Ah perdón, no te había visto! ¡Estaba distraído! O algo así por el estilo para tapar la falta. En realidad, no es que estén abstraídos del mundo entero; lo que realmente sucede es que son personas sumamente insensibles, por el complejo de superioridad y en otros casos, se inhiben ante los demás por su escasa personalidad y por que viven arrullados de la falda del poder sin tener aptitudes convincentes y esta situación en cierta forma les produce vergüenza pero por sus ineptitudes siguen cobijados bajo su sombra y a la misma vez le origina por encima de todo, un desmedido orgullo pasajero y como son tan cretinos, miran por sobre el hombro a todos a lo que conforman su entorno social. Caminan sobre las estrellas y creen que tienen el mundo a sus pies. Es una terrible deformación del mundo interior de ciertas personas que al manifestarse en ciertos momentos, lo deja muy mal parado ante los demás. Pero ocurre a diario; algunas veces te hablan cariñosamente y hasta te halagan, adulan, te inventan atributos de manera exagerada; principalmente cuando necesitan algo, o algún favor especialmente; otras veces, pasan de frente como si no pudieran voltear el cuello para mirar lo que sucede a su alrededor. Cuando están con sus superiores, ahí sí son pura atención con todo el que se encuentra a su lado, son asequibles, parecen muy buenas gentes, pero cuando están solos; la arrogancia, la petulancia, está a la orden del día y hacen gala de una pedantería sin límites que los muestra tal como son. Si no ocupasen ningún puesto público, no ocasionarían problemas ni discordia alguna, sino solamente a los suyos. El mal de este tipo de gente, es cuando ocupan puestos públicos y están en contacto con el pueblo. Causan tan mala impresión que ya no quieren ni verlo y hacen quedar mal a la institución. Pero ellos siguen en su nube de fantasía y la verdad es que generalmente no son nada en este mundo y no me explico el motivo de su conducta cuando no le han ganado a nadie y así lo serán por toda una eternidad por que no ha educado su conciencia y no tienen autodominio individual y lo peor; aún no saben a qué han venido a este mundo.