En homenaje a tu ser pues te convertiste en la luz de mis primeros pasos en mi recorrido terrenal, porque me pintaste un mundo con el color de la verdad en la que los valores humanos eran el único sendero a la realización humana.
Por ser la fuerza divina que orientó mis ideales por la senda de la creatividad literaria. Por hacer de mi vida futura un horizonte donde pude cristalizar mis sueños, metas y anhelos de consumar visiones para bien mío y de mi entorno. Por eso aun después de tu partida en el recuerdo, a través de la oración ; tu imagen sublime marca el paso cotidiano para que pleno de emoción y esperanzas pueda concluir lo que me falta por hacer en este espacio pasajero. Por todo lo que fuiste y serás porque desde tu edén de bondades eternas sigues siendo la estrella de mis noches de soledad. Por eso evocando el ayer traigo a la memoria una poesía que compuse cuando ascendiste al edén del Señor. Por eso con mucho honor y digo así María Luisa Lévano Sánchez.
Te buscaré
por los polvorientos caminos de mi infancia,
contemplaré
los nebulosos rincones del ayer,
te llamaré
y el eco callado
será la tumba de mi voz.
Eres del sol la tibieza maternal
Del mar, la frescura del amanecer.
Eres el fuego
abrigando las horas
de fría soledad en mi ser.
Y te llevaré eternamente
en el recuerdo.
Sin ti
las charlas ante un vaso de vino
los paseos entre sombras nocturnales,
los dulces momentos frente a una mesa criolla
embrujado por el trinar la guitarra
de mi juvenil bohemia,
disfrutando embriagados de vida
con tal intensidad
como si estuviera en el último tramo
de mi existencia,
se acabó para mi.
Todo se fue contigo,
Ya nunca será lo mismo.
Con tu ausencia
has apagado
el brillo del espacio
donde vaga mi ilusión,
acercándome al cerrar los ojos;
al huerto celeste donde está tú reino
la última casa para vivir los dos.
02-02-1994
Po: Fidel Alcántara Lévano
Actualizado 02.02.2023