ENEMIGOS DEL GRAN CAMBIO I

Entre pueblo y gobernante
frente a mediana actitud
por diaria vicisitud
no hay progreso deslumbrante.
Ante el vacío agobiante
se requiere competencia
si existe el as de sapiencia
que solo piensa en la suya,
es preciso que se intuya
la cristalina conciencia.
II
Al de visible talento
exista valoración
y en toda la población
motive el conocimiento.
Más que no haya atrevimiento
si al delinquir se enriquece
educar no lo merece.
ni por gran sabiduría,
solo es hito de falsía
que al horizonte ensombrece.
III
No se confunda el servir
con ambicia a la riqueza
pues la codicia es vileza
que jamás debe existir.
Más si se debe exigir
ante el entorno insensato
lo transforme de inmediato
el sabio de pergaminos,
sin ansiar por desatinos
buen ingreso en todo rato.
IV
El que busca nombramiento
porque el oro le fascina
si el interés lo domina
es negativo elemento.
Hay el que habla en el momento
con visible oportunismo
pues sabiondo y con cinismo
si ocupa un lugar ajeno,
del político sin freno
es su pago al servilismo.
V
El que alaba al gobernante
que luce improvisación
asegura posición
aunque necio y petulante.
Es felón impresionante
a su raíz la destierra
que la ama sin ser su tierra
afirma en su propaganda,
si solo busca su banda
y a suelo extraño se aferra.
VI
Camufla su mezquindad
conformando cofradía
pues billete es lo que ansía
el de gris mediocridad.
Carece de identidad
un comodín sin visiones
si esto ocurre en las naciones
por tan difícil escollo,
crecimiento y desarrollo
no habrá en las generaciones.
 

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