REFLEJO DE LUZ DIVINA

La que se gana el respeto
dando amor con fe sincera
sí ejemplar asume el reto
es la madre verdadera.
 

 
Luce mágica empatía
más no con aires de juez
si no brinda calidez
por ser del hogar la guía.
Frente al caos da armonía
y nadie se quede quieto
sacándole del aprieto
sin la fingida confianza,
es generando esperanza
la que se gana el respeto.
II
Mujer de real simpatía
pues no admite el engreimiento
es la que invoca talento
motivándose valía.
No se inventa nombradía
cuando en umbrales lidera
aclara sin más quimera
avanza con fe absoluta,
e infunde materna ruta
dando amor con fe sincera.
III
Su verbo se torna en ley
sin ser guardián de los hijos
les da sus nortes prolijos
como acostumbra la grey.
Ni los cría como rey
otorga su porte neto
y sin el rumbo obsoleto
no le admite empeño vano,
pues lo acerca al soberano
sí ejemplar asume el reto.
IV
Si se casa el descendiente
a los recientes esposos
le da consejos grandiosos
en pos de rumbo eficiente.
No es la que constantemente
quiere todo a su manera
que elabore su bandera
y su forma de existir,
pues la que deja vivir
es la madre verdadera.
V
No garantiza a ninguno
en el entorno sociable
ni los juzga irrevocable
tras momento inoportuno.
Le da un derrotero alguno
sin pintarlo de eminencia
y en virtud a su experiencia
que genere un derrotero,
más sea en todo primero
con el trabajo a conciencia.
VI
La calle es un mundo aparte
que cambia al más adiestrado
y el de casa va a su lado
pero el vacío comparte.
No es su prole la obra de arte
está sujeto al error
por eso le da candor
e ilumina su penumbra,
a diario va que lo alumbra
compartiendo paz y amor.

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