JUANA ORDOÑEZ parte al cielo
Dejando huella imborrable
El educar fue su anhelo
¡CON AFECTO INVALORABLE!
De moqueguanas raíces
hija de CARLOS y ELVIRA
y de niña el arte admira
Más sus benditos matices.
Irradia nortes felices
esbozando níveo velo
pues derrotando al desvelo
Su espacio no fue sombrío,
hoy dejando gran vacío
JUANA ORDOÑEZ PARTE AL CIELO.
II
De generosos talentos
Fue promoción desde antaño
Que por nada le era extraño
Feraces conocimientos.
Forjaba gratos cimientos
Al alumno inmarchitable
Y con afecto adorable
Les generaba virtudes,
iba siempre en juventudes
DEJANDO HUELLA IMBORRABLE.
III
Instruía con sapiencia
Junto a danza y poesía
creándoles armonía
Más fehaciente conciencia.
Con sólida competencia
aun joven tomaba vuelo
Y sin mínimo recelo
Formaba al ser deslumbrante,
por su Moquegua brillante
EL EDUCAR FUE SU ANHELO.
IV
Poeta de magnitudes
tras el verbo de ambrosía
su palabra forjó vía
A un sendero de actitudes.
Era fuente de aptitudes
De un versar inapagable
Y su estilo inigualable
como un himno a la dulzura,
denotando su ternura
¡CON AFECTO INVALORABLE!
V
Siempre muy reconocida
Por sutil educadora
más su vena creadora
con literaria medida.
Le dieron mano extendida
En honor a sus virtudes
Y al denotar aptitudes
Dio su ofrenda, identidad,
es que amaba a su ciudad
DE BONDAD A PLENITUDES.
VI
Del gran alumno, valor
Por maestra y noble vate
en el alma a diario late
Como herencia tu esplendor.
Hoy se apaga el resplandor
Al irte a norte solaz
Pero en todos queda un haz
De tu imagen tan fraterna,
marchándote a faz eterna
¡JUANITA DESCANSA EN PAZ!