No muestra más inocencia
ni ternura más sutil
que la mágica presencia
de una mirada infantil.
Despierta la simpatía
por tener ángel el niño
que merece un real cariño
y la más dulce ambrosía.
Su ternura es grácil vía
para agrandar la conciencia
al delegar complacencia
es la gloria del vergel,
ni el más ser humano fiel
no muestra más inocencia.
II
Los juegos encantadores
su semblante de inocente
son la prueba contundente
de ser noria de candores.
Luce perfume de flores
y no apaga su candil
más su prístino perfil
de sus bondades avisa,
pues no hay más que su sonrisa
ni ternura más sutil.
III
La etapa de la niñez
es un regalo del cielo
el más fehaciente anhelo
delegando calidez.
Embriagante es a la vez
a lo oscuro lo sentencia
y enaltece a la querencia
sí al espíritu da calma,
no hay más luces en el alma
que la mágica presencia.
IV
Su palabra es sinfonía
ante existencia, concierto
que deja un paraje abierto
con su inquieta melodía.
Desecha la ruta impía
agrupándose al redil
y muy lejos del ser vil
digno es de acariciarse,
muy difícil alejarse
de una mirada infantil.
V
Es cual joya todo infante
por unir los corazones
permite crear visiones
de un entorno fascinante.
Deja una estrella brillante
bajo el cielo sin cesar
y por su aura singular
grato mundo de color
bello símbolo de amor
en el seno familiar.
VI
De la familia es tesoro
el más preciado joyel
le brindan su canto fiel
miles de ángeles en coro.
Vale mucho más que el oro
y al hogar lo perenniza
más la unión se realiza
dejando el orbe solaz,
al ser aureola de paz
que el afecto perenniza.
2015-05-10
