LOS FINES DE LA EXISTENCIA HUMANA

El hombre se  encuentra sobre la faz de la tierra para desarrollar dos grandes proyectos; con el conocimiento adquirido crear más conocimientos utilizando su creatividad y propender el bienestar general con visión planetaria con solidaridad, trabajo en equipo y objetivos comunes.

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En este sentido, nadie ha venido al  mundo para querer ser el dueño de todo el saber existente convirtiéndose en una biblioteca andante, tratando de ser un almacén de sabiduría,  acaparar todas las riquezas habidas y por haber, o simplemente creerse un ser superior cuando no le ha ganado a nadie; si la humildad es la clave del éxito. Es que está comprobado que la sapiencia actualizada pero comprobada, la acción de compartir hasta lo poco que se tiene, mirar a los demás como si todos fuéramos una gran familia, esta la llave del triunfo. Para ello hay que ser proactivo, empático, asertivo, tener autoestima, con personalidad y un sentido de humanidad desarrollado en  toda su extensión posible. El ser humano no es un robot que solamente debe vivir para conseguir y acumular dinero. No es un simple consumidor y que dura su bonanza hasta que encuentra su nivel de incompetencia. Ha sido diseñado para que llegue a las más altas cumbres de la excelencia por ser el constructor de su porvenir en base a sus cualidades innatas, habilidades, capacidades originales que rompen esquema y marcan diferencias y sus atributos académicos. Por esta razón, mientras más se sabe es cuando más se debe utilizar esos ideales en solucionar los problemas del mundo, porque nadie se profesionaliza solamente para dar sosiego a su círculo familiar o simplemente a su entorno que lo circunda, sino que su aporte va más allá de un mezquino horizonte de barreras infranqueables. Es que de ninguna manera solamente ha venido a sufrir en este planeta, sino a disfrutar de todas las bondades que hay sobre el planeta. Más para lograr esa dimensión  de ventura, tiene que espiritualizarse con las buenas acciones y tratar a cada instante de morir en defectos y renacer en virtudes. Es que nadie es tan egoísta como para negar una sonrisa, ante una buena acción al semejante o sentirse feliz ante un apoyo incondicional de algún individuo. Es que somos una unidad entre la tierra, el cielo, el espíritu y el cuerpo. Por eso es que el hombre es capaz de realizar las más grandes hazañas porque su fuerza y pundonor no tiene límites. Esto es siempre y cuando piense que siendo positivo tiene asegurada su felicidad en el corto paseo terrenal. Porque que si tiende por el oscuro y negativo, así como puede conquistar una estrella, también  puede llegar a ser el   más ruin, el más bajo de la especie viviente. Por eso es que hay profesionales cargados de medallas, diplomas, títulos, grados y que delinquen fácilmente con el  más vil de los seres que echa por tierra su tan mentada inteligencia. Es que el hombre en  su afán de incontenible dominio, trata de conquistar nuevos mundos utilizando la ciencia para ese propósito pero aún no ha logrado conquistar su propio planeta y el corazón de sus habitantes. Sino, por qué hay tanta violencia, guerras. Lo que abunda es la ambición, la codicia, la ira, la avaricia, la prepotencia, el odio, el dolor, la maldad  inconcebible, la indiferencia, la ingratitud, etc. Es que arte integral que educa la esencia humana, se deja de lado como sino valiese nada, de parte de los esclavos del dinero y se piensa que solo el crecimiento en base a obras civiles, lo es todo y en la práctica no es así. Si bien es cierto que una carretera, por ejemplo,  da comodidad; el arte es el pan del espíritu y da las fuerzas necesarias para existir pleno de inspiración por los siglos de los siglos.

 

 

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