En este mundo con el fin de llamar la atención y mantener la popularidad y de paso tener contento a su entorno, ciertas personas públicas son  capaces de adoptar las más inverosímiles posturas con el fin de acrecentar su aceptación popular.

Sea en el puesto que se encuentre, utiliza el método más conocido que es del sensacionalismo, el exhibicionismo, se vuelve buena gente, empático y hasta solidario con el fin de captar la atención de sus interlocutores. Son especialistas en inventar “bolas” y están pensado continuamente qué falsedad inventar, de tal manera que  una vez que   deja de ser novedosa la noticia, al momento ya tiene otra para dejarlo a consideración de la población y la vida continua entre fantasía y ensoñaciones. Esta es una evidente comedia simplemente muy propia del mediocre porque quiere convencer con suposiciones nada ciertas. Lo que no puede hacer con la acción verdadera lo hace con promesas que hasta pueden ser incumplidas por ser producto de un afiebrado momento nada más pero muy lejos de la realidad. Esta forma de aparentar efectividad ocurre en todos los sectores lo que viene a ser una mala forma si se trata de política de gobierno o de funcionamiento institucional. Para nada es bueno. La única vía que lleva al desarrollo son las acciones positivas en bien de las grandes mayorías necesitadas. No hay otra. Cualquier frase motivadora simplemente es un manojo de ilusiones que al caer el sol se marchita para siempre y al día siguiente solamente es un recuerdo grato. Está demostrado que solamente con proyectos  de gran envergadura y pensando en el futuro de las grandes masas  en extrema pobreza, solamente se puede alcanzar las excelencia a nivel nacional y ser considerado como un abanderado del desarrollo total del país.  Nada se consigue sobrevalorando demasiado o con fines personales nada claros a los que hoy día lucen banda y medalla en el pecho. Si todos nos conocemos y se sabe muy bien hasta dónde puede llegar  con su hazaña lograda. Ni siquiera por ser familia se puede pintar de colores a un padre de la patria porque muchas veces puede tener buenas intenciones pero hay en la palestra gente que está acostumbrada a vivir de la pobreza ajena y hasta le conviene que las cosas sigan así  para seguir reinando eternamente. Por qué  digo esto a manera de reflexión, porque cada vez cobra más actualidad el viejo refrán ¡Zapatero a tus zapatos. Es que para nadie es raro, que hay  algunos que es muy  difícil pedirle  productividad. En algunos las  ideas son de los asesores pero de su propio intelecto nada de nada. Eso si,  tenemos en la patria excelentes profesionales personas con experiencia que pueden muy bien fijar derroteros de prosperidad a los círculos humanos que hoy caminan sin brújula. Hay las riquezas necesarias como previa transformación, nos pueda dar el bienestar general. Hay gente luchadora que es capaz de dejar el último esfuerzo laboral en un área de importancia general con el fin aperturar rumbos de prosperidad a la sociedad. Entonces menos floro y mano a la obra. No es concurso quién habla más bonito sino de propuestas y compromisos de realización inmediata y en el menor plazo posible. De ser así, estaremos encaminándonos todos hacia el umbral de las bondades humanas, de lo contrario, estaremos siendo testigos y actores del eterno drama sin final. Puras palabras, leyes, nombramientos, pero nada de efectividad. Un grupo aplaude y el otro crítica y se nos va los años y estoy seguro que nadie quiere caminar por esta faz terrena sin dejar huellas para la posteridad. Todos tenemos algo de positivo que muy bien puede marcar diferencia en el campo preciso y lo que se quiere es esa oportunidad para nacer en flor y dejar frutos imperecederos en el tiempo y el espacio.