Si no hay en el ser calidad humana, cuando se tiene todo a la mano, nadie se da cuenta de las necesidades que hay en el entono.

Cuando se vive por encima de todo, cualquiera piensa que así será por siempre. Es que hay que sentir en carne propia el aguijón de la miseria para valorar la bondad del corazón y apreciar de lo que nos rodea hasta lo más insignificante. Esto ocurre en todas las etapas del hombre. Si una persona trabaja en una empresa que envenena al medio ambiente y aniquila la existencia poco a poco, al que menos le importa un comino lo que viene ocurriendo, porque el buen  sueldo que gana es suficiente como para hacerse el desentendido así el pueblo se levante de cabeza. Inclusive hasta critican al que lo hace. Claro, como no son del lugar, los hijos estudian en la capital, son aves de paso  y cuando se jubilen se van a sus lugares de orígenes cargados de dinero, poco le importa  lo que le pase en el futuro a la región donde ocurre la devastación. Así caminen repletos de medallas, títulos, grados, reconocimientos, la verdad es una sola ¡No hay identidad! Viven como si fueran eternos, o han venido de otro planeta, totalmente deshumanizados. Hasta no falta quienes niegan en todos los idiomas que no existe tal envenenamiento de la atmósfera. Se vuelven histéricos, se jalan los pelos, se sienten indignados y acusan que esa falso el comentario, siendo aún compatriotas. En realidad  es muy cierto, con la plata baila el mono por eso quienes niegan una evidencia saben muy bien porque lo hacen y son tan cínicos que apoyando al  que con saña irradia muerte, se ponen en contra de sus hermanos de sangre. Para muestra un botón, No es cierto que los campesinos  y ganaderos de zonas aledañas a las minas, tienen que abandonar sus tierras y que son negociadas por los mismos peruanos con sus semejantes a precios irrisorios o de lo contrario son obligados a la fuerza a abandonar lo que es el único sostén de sus familias. No les interesa el mañana de ellos, solamente obedecen mandatos, pero los que hacen el “trato” que no es otra cosa que abuso, no son extranjeros, son de nuestra misma raza y color. Lo que sucede es que lo único que le interesa es quedar bien, cumpliendo las órdenes al pie de la letra y que las ventas sean cada día mayores. Por supuesto que esta idea de proyección hacia mejores horizontes, ir  de menos a más es muy lógico. Toda se pude aceptar pero que nada sea a costa de la existencia humana. Se puede liderar en el mercado mundial pero que no sea a costa de vidas pensantes, la fauna y la flora. El problema de la contaminación ambiental ocurre en todo el Perú y el mundo y no solamente  son las minas. Las mismas ciudades incurren en  esta terrible irregularidad ambiental. Acaso no todos los deshechos,  basuras, escorias, en fin todo, lo que no sirve,  residuos  de las fábrica e industrias no va a parar a los ríos, lagos y  al mar. En este sentido  el cuidado de la ecología no reside solamente yéndose con furia hacia el sector minero, culpándolo de todo lo malo que existe. Las autoridades principalmente ya deben tomar cartas en el asunto y poner coto tomando las precauciones del caso de manera total.  Este problema no es nuevo. Así que nadie puede decir ¡pero que sorpresa, yo no sabía lo que venía ocurriendo! Nadie está en contra de la explotación de nuestra riqueza minera, ni de la transformación de ninguna materia prima porque significa crecimiento y desarrollo. Lo único que se quiere es que esa labor se realice sin atentar con la naturaleza y la vida humana. De  esta manera  se estará dando un buen uso a las grandezas que hay bajo y sobre el suelo y que nos permitirá el bienestar general. Ante una vida corta llena de bonanza es preferible una vida larga aunque no sea con la fastuosidad del oro, pero que sirva para disfrutar esta existencia haciendo camino  hacia la prosperidad para los que vienen detrás de nosotros.