La acción de comprender lo que se lee, que tanto se adolece en la actualidad, es motivada en parte, por la aparición del Internet, falta de costumbre de leer en el hogar, la escasa motivación en las instituciones educativas, por lo que el alumno se ha divorciado de la lectura.
En vista de lo que viene ocurriendo y como todo se aprende a través de la lectura generalmente, en este sentido creo que hay que retomar el camino haciendo ver el alumno la importancia de ella, sobre qué textos debe leer. Para llegar al umbral del propósito, el primer paso, es crear un cordón umbilical que una al alumno y profesor y que se logra cuando el educador es un hombre creativo y productivo por lo que origina admiración y deseos de emulación por parte del estudiantado. En vista que cada alumno es una realidad distinta por la idiosincrasia, regiones y distintas geografías nacionales, para que se sienta motivado, hay que mostrarle toda una vidriera de variadas y novedosas lecturas posibles de tal manera que el alumno se sienta atraído por el texto. En esta ofrenda educativa es recomendable que las lecturas abarquen todo el campo cognoscitivo con lenguaje simple en un inicio y de acuerdo al grado que están cursando, pero relacionado con la localidad, región, país y el mundo. Este es el orden en la que se deben hacer las lecturas para que aparte de instruirse, de paso, crear identidad nacional. Es muy importante que cada lectura vaya acompañada de una Ficha de Análisis con el fin de comprobar su capacidad de fijación de ideas. A parte de todo ello, hay un sistema fundamental para motivarlo a la lectura continua. Que lea una narración que tenga relación con un hecho conocido del lugar, en cualquier género literario, con un verbo entendible, adornado con imágenes a todo color (una imagen vale por mil palabras) seguidamente, como si fuera un paseo de estudios, visitar en vivo y en directo el sitio que ha inspirado al escritor. Luego de ello confirmar la comprensión del tema. Es que está totalmente confirmado que las principales facultades mentales se enriquecen por medio de la observación y por ende se motiva la atención voluntaria, la que desarrolla el sentimiento, la inteligencia, fuerza de voluntad, la memoria, elocuencia, etc. Partiendo del postulado que sólo se ama lo que se conoce, se quiere lo que se ve y se aprecia lo que es nuestro. Es parte importante de esta ofrenda, que el educador sea el autor de los textos literarios utilizando un lenguaje propio de lugar y el escenario de la narración sea del entorno en la cual florece la existencia la masa estudiantil. Ahora, si los mismos alumnos son los actores principales de las narraciones, la transformación vendrá como caído del cielo Si se les motiva de corazón, con distinciones, regalos, paseos o algo que les agrade; en el tiempo menos corto posible la lectura se convertirá en ellos en un verdadero placer y si toman un libro en sus manos, será por amor y no por cumplir una obligación. De esta manera el cambio conductual no se dejará esperar. Se hará más rápido, pero siempre respetando la trilogía del triunfo: Padre, Maestro y alumno que es la piedra angular de todo logro estudiantil
Después de estas reflexiones, saludo la iniciativa de poner en práctica este Plan Lector que por su dimensión viene ser el punto de partida en la titánica tarea de hacer del alumno un asiduo lector, cualidad que lo llevará a ser poseedor de todas las bondades del conocimiento humano, convirtiéndolo por derecho propio en un autentico baluarte del desarrollo y crecimiento de la sociedad y que le permitirá dejar huellas inmarcesible para la posteridad sobre la faz de la tierra. Por eso no hay que olvidar “TODO AQUEL QUE LEE Y ENTIENDE, ESTA DESTINADO A SER UNA PERSONA DE ÉXITO. SI LA PERSONA LEE, ENTIENDE Y ENSEÑA, ESTA MÁS CERCA DE DIOS”