EL FUTURO INMEDIATO

Estamos muy cerca al inicio del 2014 en la cual hay cambios de autoridades por medio del voto popular.
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El pueblo, en una gran mayoría; tiene cifradas unas enormes esperanzas en la capacidad de los nuevos gobernantes y no se repita la novela de ayer. Es que para nadie es un secreto que se festeja el triunfo con gran algarabía, pero terminan su periodo sin pena  ni gloria como pago a su improvisación, inclusive muchas veces son hasta repudiados por sus malas gestiones a pesar que inicialmente lucieron todo un fabuloso programa  de crecimiento y desarrollo de acuerdo a las necesidades de la región. Los motivos es que sufren una especie de endiosamiento, falta de humildad, se rodean de personas que solamente le interesa el dinero pero de ninguna manera  justifican ese pago con una labor efectiva. Hasta se diría que hay falta de  humanidad ante las diferentes peripecias de las zonas en extrema pobreza. Quién no sabe que es bien difícil complacer a toda una población que anhela lo mejor para su familia y comunidad. Pero al menos lo más  recomendable es compartir hasta lo poco que se tiene. Más a pesar de todo, prima la familiaridad, el amigo, el que ayudó en las campañas políticas pero casi en ningún momento se valora la intelectualidad de las personas. Hay otro fenómeno que viene ocurriendo y que se nota a muchas leguas. Hay quienes jamás trascendieron en nada pero se eternizan en los puestos de trabajo como si fueran eminencias. Hay quienes por su talento y por ser innovadores; hasta parece injusto que se retiren o pasen a mejor vida. Pero el que fue uno más, conscientemente debe dejar el campo libre para que la juventud pueda  dar su cuota de conocimiento moderno en la solución de los problemas que más aquejan a la población. Hay que tomar la experiencia de los verdaderos baluartes del saber y el entusiasmo de la juventud y ambos elaboren  la hoja de ruta para el mañana. O mínimamente evitar el nepotismo y que en cada hogar al menos uno tenga la oportunidad de trabajo. Además si se  da la oportunidad de laborar, de acuerdo a sus capacidades, que sea en una ocupación digna con todos sus beneficios sociales y no sea simplemente  para aumentar la popularidad  en el ámbito político y social del que se cataloga de nuevo líder. Ahora, no solamente la solución al problema está en dar ocupaciones en trabajos temporales, sino originar dichas fuentes pero que originen ingresos permanentes. Para ello hay profesionales visionarios que pueden diseñar muy bien la industrialización de nuestras materias primas y buscar un mercado aparente en nuestro propio territorio o más allá de las fronteras de tal manera que los resultados sean óptimos y se acabe de una vez por todas esta costumbre muy nacional de trabajar de lo que sea solamente para vivir. Para redondear esta idea, es muy necesario que  toda labor gubernamental sea transparente, totalmente cristalina sin los comodines de toda la vida que alaban del jefe hasta su incapacidad y aplauden alegremente los desaciertos; en lugar de decir las cosas como son. En esta lucha hacia la realización humana se requiere manos a la obra directamente y no de los ya famosos ideólogos que por el puesto que ocupan o el dinero que tienen y los serviles que existen, quieren imponer criterios personales y de grupos o direccionarlos según sus conveniencias que en las mayorías ávidas de oportunidades, hacen la misma acción que  el veneno en la sangre. El gran paso hacia una nueva dimensión de triunfo depende del sentido común y de la ecuanimidad de todos. De pensar con visión universal, sin fanatismos, en no ser un consumidor más, en no vivir a la sombra de otros. En este sentido, el futuro depende de la creatividad orientada a buscar el bienestar general en la cual no existan ni límites ni barreras en el alma por que las urgencias del hombre no tienen color, ni raza, ni credo y es un don divino satisfacerlas porque el servir es la máxima expresión de espiritualidad en el ser.

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