Si la persona quiere ejercer liderazgo, trascender como estudiante, luego como profesional, adquirir conocimientos de punta, ser el mejor en su especialidad y hacer historia en su entorno.
No solamente es suficiente leer libros, juntarse con personas de su mismo status, ingresar a Internet y hacer suyo toda la sapiencia que ahí se ofrenda, no basta crearse esa nube de grandiosidad y de esa altura querer gobernar al mundo. Hay que tener actitud emprendedora que le depare una ética cristalina, transparente y aparte ser dueño de un cariz depurado, moderno, original, con dimensión ilimitada y ser totalmente humano antes que explotador, servil o pedante. Por eso, ante el incumplimiento de la realización de las tareas lógicas que depara todo proyecto. Si desde ya se empieza con las conocidas palabras, “no tuve tiempo”, “es que trabajo”, ”se enfermó mi hijo” “se cruza con mis exámenes”, “no viene porque era mi cumpleaños”, “es que no tengo computadora” “ estudio y trabajo”, “ llevo dos carreras” o las increíbles y nefastas frases “ me enfermé”, “me olvidé”, “mi culto no me permite”. Es para preocuparse, porque se está engendrando un técnico irresponsable y lo peor mentiroso e incompetente. Quizá sea cierto, pero ¿acaso no se puede poner al día? Ahora si no viene a clase, o aparece solamente para los exámenes y después está regateando notas. Entonces ¿Qué líder se está creando? No hay que olvidar que la formación total depende hasta de los sucesos que a simple vista son insignificantes. Es muy sabido: de las pequeñas cosas, se realizan las más grandes hazañas. En virtud a ello toda acción es importante para cimentar la personalidad del futuro baluarte de la patria. Eso que, “después que egrese si voy a ser puntual”, “cuando termine, la cosa será diferente”. “cuando sea jefe me portaré mejor” No se engañe, usted ya está formado así y será muy difícil que cambie. Ahora, habiendo en el mercado laboral tanta competencia, no sería nada raro que usted se ha formado para ser un nuevo desocupado titulado y colegiado. Es que puede quizá ser muy sabio pero sin calidad humana. Es que ellas se cultivan desde la niñez y con los años se van perfeccionando con lo que ocurre en el tiempo y el espacio. Por esta razón, si la persona es impuntual, perezoso, toda tarea le parece demasiado o complicado, pero a pesar de todo quiere seguir con esa idea de ser eminencia, podrá llegar a ser un profesional a la corta y a la larga, pero sumamente mediocre. Porque en el mundo actual ya la carrera no lo es todo. Nadie trabaja solo o para su familia, lo va hacer en sociedad y para ello hay que saber convivir con diferentes tipos de personas donde las cosas no son como uno se la imagina, sino que cada cual tiene sus pareceres, protocolo y forma estipulada. Como nunca es tarde, si usted es de los que siempre tiene la disculpa a flor de labios para justificar su inoperancia e ineptitud. Desde hoy día propóngase como meta, que nada ni nadie va interrumpir el cumplimiento de sus labores que como estudiante le corresponde realizar. Ni la creencia religiosa porque la fe no reside en horas de meditación y oración, sino en la adquisición de más sabiduría para parecerse al ser superior por que el sí es perfecto por su saber. Mientras mÁs se sabe, se está más cerca de él. Por eso primero está el estudio. De lo contrario ya sabe lo que le espera. De nada vale ser una fuente de conocimientos si no se es disciplinado y demuestra amor al trabajo. La avidez por el estudio debe ir bien emparentado con ser competitivo, productivo e innovativo y una vez con el diploma en mano, tiene que actualizarse constantemente porque nada es estático, todo cambia porque la modernidad así lo exige. Así que si piensa “que al fin terminé, al diablo los libros”, está usted en un grave error. El buen profesional es un estudiante de por vida y el líder integral es aquel que ha aprendido a mirar hasta detrás de la montaña.