Los continuos desatinos por tener una personalidad enferma, conflictiva, por la cual dicha persona cree que es un dotado de sabiduría y considera demasiado capacitada y que su entorno no lo es; crea un profundo malestar dentro de la institución y fuera de ella.
Por esta razón diariamente pide calidad, eficiencia, se extralimita en sus postulados de positivismo. Es un rasgo muy propio de personas desequilibradas. Lo único que están haciendo es hablar por sus propias heridas. Son personas atormentadas por el infortunio. Alguna añeja pena los consume y al no sentirse realizados; le viene una tremenda depresión y aflora la cantaleta que son lo máximo en calidad. Lo peor que ese falso estado de grandeza intelectual lo hace ver visiones y hasta aspiran a los puestos para lo cual no tienen la mínima cualidad. Una cosa es ascender por medios turbios y vedados, apoyados por la corrupción y otra cosa es haber logrado la cúspide del éxito en base a la divina sabiduría. Son muy fáciles de conocer. Cuando tienen problemas; ahí mismo acuden a su corte de turno para que los apoyen y cambio de ese ayuda les ofrecen dádivas o beneficios importantes. Son amantes de comprar conciencias, voluntades y libertades y como hay siempre quienes venden su cuerpo al diablo; nunca está solos. Así trabajan. Hay personas que ascienden con regalos, por amistad y cuando logran cierto sitial ya se creen con derecho al puesto y a otros de más envergadura. Pero es lógico darse cuenta de su enorme confusión. Si con las justas pueden con el que tienen; como serán en otros de mayor importancia. No se puede aspirar la cumbre de la más alta montaña sino se tiene los requisitos para lograrlo. Esas personas enfermas por sobresalir a la fuerza; deben pensar que el mundo no es de los ambiciosos de todo lo existente, sino de aquellos que tienen conocimientos profundos de acuerdo a sus requerimientos y una elevada ética profesional. No se gobierna ni se pretende demostrar poder cuando se forma una cúpula, o “cofradía inaccesible” en la cual solamente ellos saben que es lo que ocurre en el interior del recinto de la muerte y agrupa a todos los sumisos, comodines, convenidos, serviles y ellos son los promotores de su iluminado talento y busca en ellos el aplauso barato para dar a entender que son la novena maravilla. La persona que tiene verdadera capacidad; gobierna con todos, sin miedo, sin distinción de clases y mantiene la unidad en su entorno. No requiere de agrupar a depersonalizados adeptos para ejercer su poder y cosechar frutos. El que sabe, gobierna entre perro y gato y los hace comer en un mismo plato. Cuando hay muñeca y humanidad, lo imposible se hace posible. Inclusive, los años de servicios en algunos casos no necesariamente significan calidad. Se puede haber nacido ayer pero si hay virtudes y cualidades se asume el reto y se logra el éxito si es que se labora con humildad y pensando en el bienestar de los demás. Ojala que estas reflexiones que nacen del corazón haga en los lectores, lo mismo que hace la gota de agua en el fértil surco.