La historia es el mejor testigo en la cual la violencia no siempre genera más violencia y en otras oportunidades a un buen norte conduce.
Las grandes revoluciones totales que hubo en el mundo y que fue el inicio de una etapa de transformaciones sociales, políticas y económicas, son ejemplos latentes de mi afirmación. No se trata de justificar el belicismo como la mejor arma para que logren el éxito los pueblos de la tierra. Lo real es que todo movimiento parcial, hecho con saña y que perturba la calma y el normal desenvolvimiento de la población; origina caos y resentimientos y tarde o temprano son la causa de peores desfases en el desarrollo de la humanidad. El asunto está en aprender la enseñanza del pasado sin fanatismos y que sirva de lección, relacionándolos con los sucesos actuales que no son para nadie desconocidos ni muchos menos extraños porque están a la orden del día y buscar la solución adecuada sin la hiel en los labios. Esta reflexión viene al caso por la acción “terrorista” para unos o “rebelión” para otros del Mayor(r ) Antauro Humala Tasso en Andahuaylas con un grupo de eufóricos reservistas de distintas partes del Perú. Siendo la raíz de la insurgencia; el desgobierno existente, motivo el cual una gran mayoría justifica su actuación; ha encontrado un eco de aceptación en la clase más necesitada de esta patria roja y blanca que mira el devenir sin esperanzas. Así los móviles se direccionen según conveniencias particulares. Consideramos a nuestro muy personal modo de entender, que este levantamiento armado es más que un claro síntoma anunciando un mal incurable en el seno de la patria en la cual solamente hay dos culpables: El gobierno por no cumplir sus promesas y a pesar de todo, no hacer un máximo esfuerzo por revertir la situación. Por otra parte las fuerzas rebeldes que tratando de hacer justicia a su manera, han llegado hasta el extremo de originar irreparables pérdidas de inocentes vidas. El resultado fatal no justifica de ninguna manera la decepción gubernamental. Es de público conocimiento, sus continuos desaciertos y están sintetizados en lo siguiente: el que más tiene más quiere, la corrupción impera por todos lados, sin sangre en la cara algunos elegidos por la casualidad, reciben sueldos fabulosos, mientras que la gran mayoría se hunde en una crónica desocupación o labora y es mal pagado. Es que solamente tienen oportunidades de trabajo los allegados al poder y no se valora al talento y el apoyo a la cultura es un sueño. La indiferencia e ingratitud abunda por doquier. Por unas de las tantas joyas que adornan al poder, estamos seguros que cualquiera de rabia por todo lo que pasa en su propia nación; se sentiría impotente y sería capaz de más de una locura. Es que nadie arriesgaría su existencia si los que tienen el mando tuvieran una inmensa calidad humana. Por eso pongo como ejemplo un caso hipotético pero que es el drama de miles de compatriotas. “Una persona común y corriente que nunca mató ni una mosca, pero cansado de buscar trabajo por largos años, tocar puertas y al no encontrar una respuesta favorable a pesar de tener aptitudes laborales, ya no sabe a quién acudir porque su hogar se derrumba sin horizontes. Inconforme por los desatinos de los que lucen la banda del poder, reclama justicia y no es oído. Aburrido de todo lo que ve, se arma de valor; va y le arroja una bomba a un edificio estatal, como protesta a que nadie le hace caso, causando daños irreparables”. Yo pregunto ¿Qué es tal persona? ¿Un terrorista, un revolucionario o un rebelde? ¿Debe ser juzgado y sentenciado con todo el peso de la ley? Según mi modo de pensar y de manera imparcial; dadas las circunstancias, sé que ha cometido un delito y que le corresponde la condena que la ley estipula para estos casos; pero dado el origen del delito por la cual él y su familia y una gran parte de peruanos está condenado al fracaso; merece un mejor trato. ¿Usted qué opina? Se le condena porque ha delinquido, pero ¿Quién indemniza la postergación que viven miles de peruanos que han truncado el futuro común al no tener las oportunidades que como personas y por ley les corresponde ? ¿Quién y qué condena se le debe dar al causante directo de esta tragedia por la cual hay familias sin mañanas y algunos tienen que agarrar las armas pidiendo justicia ya que por las buenas nunca llega? ¿Quién moraliza al moralizador? ¡Se exige una respuesta a conciencia señores!