En un país donde no hay trabajo para el que se lo merece en base a sus virtudes intelectuales y en muchas oportunidades solo tiene derecho a laborar una cúpula allegada a los entes gubernamentales en pago a un favor político, amical o familiar; el descontento es general ya que todos tienen derecho a tener una existencia holgada que como ser humano le corresponde.
Por esta vía crucis que significa conseguir trabajo, se origina un desbalance en los hogares peruanos y se torna casi imposible cristalizar las metas que cada uno se forma como jefe y guía del hogar. A parte de ello, este desajuste económico; lo único que logra es que se viva a medias y en lo único que se piense es en el alimento del día siguiente. También trae como consecuencia la búsqueda de préstamos de emergencia, luego el endeudamiento crónico y no se puedan pagar los tributos que como ciudadanos corresponde. ¿Quién no es consciente que con dicho dinero se mueven las instituciones y las masas se proyectan hacia mayores bondades comunitarias. Más si se analiza este álgido punto con profundidad; hay algunos que no pagan porque no le da la gana y otros porque no pueden hacerlo. Considero que todos deben ponerse al día con sus obligaciones pero en vista que nadie va a dejar de comer o educar a sus hijos por pagar sus tributos al no tener ingresos aparentes para asumir sus deberes. Ante esta realidad; siempre y cuando nadie desconozca su deuda, es preciso que de inmediato se analice cada caso y se busque la salida al problema y no actuar como si fuéramos contrincantes desconocidos o enemigos, actuando de inmediato por la vía coactiva o el embargo de los pocos bienes que tiene la población. De lo contrario ¿Dónde está la promesa de trabajos por deuda? O sólo fue para conseguir votos. Más no quiere decir que si se le da la oportunidad de laborar, todo vaya a ser para cubrir la deuda; entonces ¿De que viviría la persona? El hombre se diferencia de todas las especies por su sensibilidad, solidaridad y por cumplir lo que promete y esa debe ser la principal característica del ser responsable de su rol para con la sociedad. Del entendimiento, comprensión y humanidad de los que tienen las riendas de la patria depende que el Perú no se convierta en el país del odio, rencores y la venganza como si fuéramos acérrimos contendores. No hay que olvidar que el brillo de la banda de mando no es eterno. Todo se acaba y algún día se les tiene que ver como personas comunes y corrientes por las calles de siempre y con mayor razón; si no le han ganado a nadie, la historia los castigará con el látigo de la indiferencia y gozarán el desprecio de las generaciones venideras por la indiferencia y falta de integridad y desprendimiento que nunca mostraron hacia sus hermanos de raza. Hay que compartir las bondades terrenales y hasta el dolor e incomodidad ajena y esa es la razón de la existencia. De una conciencia solidaria y de una interpretación humana de la ley depende el futuro de bonanza que la patria tanto necesita para vivir en paz en este mundo de DIOS.