Una de las tantas causas por la cual la juventud estudiosa no aprende con facilidad conceptos de fácil esencia es porque le han perdido la fe a sus maestros.
Resulta que debido a las bibliotecas virtuales, Internet, páginas web, carreras a distancias, todos tienen a su alcance el conocimiento de primera mano. Entonces cuando se le da una tarea de investigación, el alumno acude a esas fuentes de información y comprueba que hay más de lo que el profesor le ha enseñado y cuando le hace consultas para despejar ciertas dudas, se da cuenta que el educador no satisface sus interrogantes. Sucede que se destruye el castillo de ilusiones y la confianza y el respeto que tenía por el educador. Fenece el encanto que ejercía hacia su persona y se diluye el aprecio al no cubrir sus expectativas como aprendiz de sabiduría para toda la vida. Por ello es necesario que el profesor sea un eterno estudiante y que se actualice permanentemente por que los conocimientos cambian con suma rapidez. Lo que ayer era útil para el éxito, hoy pueden ser totalmente obsoletos. Por ello debe acrecentar su horizonte de sapiencia. Para ello es necesario que no sea un simple repetidor de ideas que alguna vez aprendió a medias. Debe ser creador de su propio conocimiento. Tener cualidades afines a su carrera. De acuerdo a nuestro humilde criterio, a través de la instrucción recibida, debe proyectarse a la comunidad educativa con publicaciones, pero que sean verdaderas innovaciones y no fiel copia de otras mentes que si piensan. Debe ser un auténtico sembrador de ventura y promisiones. Según mi opinión personal y de una gran mayoría de padres de familia (se respeta el parecer de entendidos en la materia) Por ejemplo, un educador de Comunicación; sería inaudito sino sobresale en alguna actividad literaria. Un profesor de arte y no domina y marca diferencia en alguna expresión musical o estética. Es como si yo fuera un afamado mecánico y no se conducir un vehículo. En base a ello, la persona tiene y recupera credibilidad cuando enseña con el ejemplo. Si suplanta, o usurpa funciones y se atribuye virtudes de otro, sería una falsa imagen de talento y que a veces ocurre. Según los estudiosos en la materia, afirman que aquel que no sobresale en su profesión, es porque no tiene vocación o no pudo ingresar a la carrera de su agrado y la que tiene la desempeña solamente por cumplir, por interés económico y al buscar protagonismo, se jacta de inteligencia ilimitada. En este sentido, hemos llegado a la conclusión (simplemente un decir, no una ley por lo que no debe herir a nadie), ni la crisis económica es motivo para que no esté al día ya que de acuerdo a la modernidad con 0,50 céntimos se puede tener acceso a una hora de lectura de algún libro interesante en las bibliotecas más sofisticadas del planeta. En este caso, se logra la excelsitud académica cuando se tiene calidad moral, convicciones, desprendimiento y entrega total y lo más importante, tener la fuerza voluntad suficiente para querer ser una persona digna de llamarse maestro y lo es solamente quien despierta la avidez por el estudio y se convierte en guía y luz de la juventud. Al no haber un verdadero afán de cambio, entonces la educación seguirá como está. Es que el arte, la ciencia y la cultura avanza a pasos agigantados y si no hay un mínimo acercamiento por medio de un avance cognoscitivo, el abismo será cada vez mayor por lo que el futuro, sin pecar de pesimismo; se torna nada halagador para que la humanidad pueda realizarse a plenitud con solidaridad planetaria.