EL DUEÑO DE SU DESTINO

El hombre por ser una completa unidad pensante, tiene una gran gama de expresiones que se dan a conocer a través de los sentimientos, expresiones verbales, escritos gestos, etc.

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Pero así como es capaz de transformar el mundo con sus buenas acciones, también es capaz  de rodar por el abismo del olvido. Por esta razón, así el mundo viva en crisis, cada cual tiene las facultades innatas para conservar la calma y llevar una vida dentro de la normalidad y con sentido común. De la desesperación repentina, la euforia excesiva, o que el mundo se va a acabar,  no se saca nada. Al contrario, se acrecientan las indecisiones y cunde la inestabilidad emocional, madre y origen de tantas desavenencias humanas que entorpecen el  desarrollo de las actividades humanas. Mantenerse en la línea de combate no es tan fácil, hay que tener bastante fuerza de voluntad. Dejar enterrado para siempre los espacios oscuros de la existencia humana y crear una nueva alborada de luz y  sea quien ilumine la senda de paz y amor. A pesar de todo lo que viene sucediendo, aún es posible tener esa esperanza de complementación natural pero para ello hay que estar en estado solaz consigo mismo y con los demás así la verdad reverdezca la herida de un ayer vano. No todo es virtud en el hombre como no todo es maldad. En aumentar inquietudes positivas y que se sepulten las negativas, está el secreto del éxito de las personas.

Para ello hay que acrecentar los conocimientos, desarrollar nuestras inteligencias, tener comunicación empática, aumentar el  ámbito cultural como persona de  tal manera que la  tierra, espacio y espíritu sea parte de nuestro acervo cognoscitivo y lo más importante, conocernos nosotros mismos, saber a dónde se quiere llegar, con que armas se cuenta y que nos falta para lograr el umbral de la  excelencia. Como se podrá apreciar, por la experiencia de los años vividos, no es suficiente solamente ser científico o experto en letras para ascender a las estrellas. Hay que tener más horizonte y visión planetaria, afecto solidario, ser conscientes de la naturaleza y de firme espiritualidad para escalar la difícil cuesta hacia el estrellato. Para ello, el único que puede esculpir el cuerpo y el alma y orientarlo hacia la prosperidad es el mismo hombre. Nadie nos va a regalar el sendero del éxito, no nos los vamos a encontrar a la vuelta de la esquina. Cada cual es dueño de su triunfo o fracaso. Por eso es que es muy necesario  estar bien con Dios y con el hombre.

 

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