Por nacer en camposanto
Sumido en silencio inerte
siendo flor de bello encanto
¡DAS TU PERFUME A LA MUERTE!
Por capricho del destino
No naciste en un jardín
Por eso creces al fin
Sin el arrullo de un trino.
No tienes pote genuino
Hay la nostalgia de un llanto
Te cubre un oscuro manto
Y la pena te consume,
Y se pierde tu perfume
POR NACER EN CAMPOSANTO.
II
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Ofrendan solemnidad
Los nichos del cementerio
y en su lirismo tan serio
más se opaca tu bondad.
La oscura pasividad
Hace lúgubre el quebranto
Y entre la estampa de un santo
Da tu imagen su realeza,
Pero no luces grandeza
SIENDO FLOR DE BELLO ENCANTO.
IV
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Sólo tienes soledad
Con los aires de ultratumba
Y al lado la fría tumba
Te trasmite su orfandad.
Es tal la tranquilidad
Al no haber un viento fuerte
Lo tétrico se revierte
Mientras las almas musitan,
Y tus pétalos se agitan
SUMIDO EN SILENCIO INERTE.
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Ni tu profunda fragancia
Le da al ambiente furor
Y mientras cunde el temor
Sigue en descanso la estancia.
Tu magnífica prestancia
En mutismo se convierte
Y la amargura se vierte
Y a los pesares conduces,
Por eso entre varias cruces
¡DAS TU PERFUME A LA MUERTE!
|
V
Son opacos tus colores
Donde los restos reposan
Y los fantasmas te acosan
Molestando tus furores.
No irradias tus resplandores
No contagias placidez
Estás donde el justo juez
Declara el reposo eterno,
Y por ser fuente de invierno
¡EN TU FAZ NO HAY CALIDEZ!
2008-05-26
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