A la madre por la esposa
Suplantar con fe encendida
No es una acción afectuosa
¡PUES LAS DOS ME DAN LA VIDA!
La que ayer me trajo al mundo
Y cuidó de mi niñez
Es digna de placidez
por su cariño fecundo.
No la olvido ni un segundo
Por ser dama esplendorosa
Y sin duda por hermosa
Aleja todo imposible,
que reemplazar no es posible
A LA MADRE POR LA ESPOSA.
II
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La mujer que se ha elegido
Por ser de muy noble esencia
Te prolonga la existencia
Dando un rumbo desprendido.
Por eso con buen sentido
Hay que darle majestuosa
la ruta maravillosa
al ser más que gran fortuna,
que preferir sólo a una
NO ES UNA ACCION AFECTUOSA.
IV
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Si fue siempre consejera
Y guía de toda acción
mereció mi adoración
Por dar ruta verdadera.
Al ser de aureola sincera
Que la senda consolida
Era la que luz convida
Desde que era muy pequeño
que no hay la razón ni en sueño
SUPLANTAR CON FE ENCENDIDA.
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La madre es digna de altares
La esposa de un cetro de oro
Es por eso las adoro
Porque cuidan mis andares.
Me liberan de pesares
y encienden mi fe perdida
Y con la mano extendida
delega arrullo especial,
Y he de amarlas por igual
¡PUES LAS DOS ME DAN LA VIDA!
|
V
Nada cuesta darle afecto
Con toda veneración
Y alabarles su misión
Que dan un rumbo perfecto.
Es que dan con su intelecto
Un horizonte feraz
Y sobre todo capaz
De engalanar toda mente,
Y hay que tenerlas presente
PUES SIN ELLAS NO HABRÁ PAZ!
2010-03-04
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