Los deleites del licor
Me producen tal placer
Que navego por doquier
En las mieles del amor.
Me invade un intenso ardor
Como el de fuego encendido
Y en ese instante prendido
Logro que el goce se extienda,
Y a veces pierdo mi senda
POR HACER LO PROHIBIDO.

                         II

Cuando el daño del alcohol
Se desvanece a raudales
Las figuras fantasmales
Se apoderan de mi rol.
MI mente sin arrebol
Delira sobre mi olvido
Y ansioso por lo  ocurrido
Camino sin alborada,
Y los duendes de la nada
VAN NUBLANDO MI SENTIDO.

                      IV

Mientras dura la embriaguez
Se eleva al tope mi euforia
Y en las alas de la gloria
Se anula mi sensatez.
Enardecido a la vez
Busco más deleite expreso
Y mi inconciente sin peso
Reclama el calor sensual,
Y sin control sigo leal
SIENDO EL VICIO MÍ EMBELESO.

Después de las veleidades
Culpable me califico
Y a mi deseo critico
Las desmedidas verdades.
Sin las mínimas bondades
Quisiera pronto el deceso
Por sentirme más que preso
De aquel éxtasis carnal,
Y a mi entraña deja mal
¡LOS ESTRAGOS DEL EXCESO!