Donde el valle se termina
y el río escaso despunta
cerca al cerro que se junta
un hecho extraño domina.
El pueblo lo determina
y dice que es alma en pena
que al arrastrar su cadena
adolorida hasta llora,
y sucede sin demora
EN NOCHES DE LUNA LLENA.

                         II

En la horrible oscuridad
Se notaba solo un bulto
y de su rostro  algo oculto
tenue brillo de maldad.
Un quejido sin piedad
en demoníaca faena
forjaba miedo en la escena
tras diabólico derroche,
y se perdía en la noche
COMO PAGO A SU CONDENA.

Era a diario  el tal rumor
que  decidí comprobarlo
para luego reafirmarlo
o negarle su furor.
Cuando negro era el color
en media noche vacía
a lo lejos ya venía
con su figura irreal.
y como sombra infernal
SU SILUETA APARECÍA.

Todo su cuerpo esquelético
con arranques fantasmales
estremecía a raudales
por todo el ámbito tétrico.
Era un cuadro tan patético
que el terror me consumía
y sin más fuerza bravía
no sabía ni que hacer,
si entre brumas la mujer
¡MUY TRISTEMENTE GEMÍA!