Existir brindando sueños irrealizables, para conseguir el aplauso barato de los seguidores que no mueven un dedo sin cobrar a quien quiere que camuflen su verdadera identidad, no es una forma de gobierno, porque lo que se anhela son acciones inmediatas que den resultados óptimos en la brevedad posible.
Claro, quien está sobre todo y está acostumbrado a vivir de la farsa, la noticia le suena a chiste de excelente calidad, pero el que a duras penas subsiste, es una burla que no tiene razón de ser. Mientras los que conforman la cúpula, se tiran flores entre ellos como si fueron unos superdotados de talento, pero que en realidad no le ha ganado a nadie ni lo harán tampoco, porque han nacido con el tedio hacia la intelectualidad y por estar acostumbrado a lo fácil, es difícil que se alineen como baluartes del desarrollo de la región. Esta es casi una costumbre nacional, donde hay más dinero, hay quienes mueven mar y tierra hasta alcanzar sus oscuros propósitos y luego que lo consiguen, creerse que han venido de otro planeta y miran a los demás por sobre el hombro, cuando solamente son un genuino producto de la improvisación, la casualidad y la incapacidad de ciertas personas que ven en él la décima maravilla por intereses creados. Esto que expreso a manera de reflexión, ocurre en toda latitud, pero el drama sigue igual. Que surge una pregunta ¿Tan difícil es ser justo? Es muy complicado no poder desprenderse de un partidarismo y hacer todo en nombre de la patria? ¿Es demasiado arriesgado valorar al talento que se coloca en el umbral a los que apoyaron políticamente? ¿No es posible desprenderse de los felones que abunda como epidemia? Si todos saben lo que ocurre ¿no se puede enmendar los errores? O es que la ineficiencia es más grande que las ansias de gobernar para quienes padecen de extrema pobreza. Es que resulta sumamente raro. Empieza una gestión y hay toda una cadena de incongruencias que ya se ha vivido y que debe servir de experiencia para no cometerlo y propiciar el gran cambio que el pueblo quiere. Más en lugar de encaminar la nave por el camino del éxito, se incurre en los mismos errores, nepotismo, familiaridad, compadrazgo, sabios de última hora, suplantación de puestos. El asunto es que el mal nunca termina, más se acentúa porque siempre hay quien no se por qué motivo, sigue con las mismas costumbres que a otro grupo gubernamental, lo hicieron que termine su período entre pifias, insultos de todo calibre y de ingrata recordación. Por eso considero que es preciso una meditación sobre el ayer, presente y futuro y de una vez por todas, se reencuentre la ruta del éxito y no se viva entre la duda de haber elegido bien o mal. Por eso considero, que si hay humildad y afán de aprender y nadie se cree que el puesto de trabajo es una herencia y así rinda o no, sigue entornillado en su escritorio, aunque sea un desfasado más, es muy probable que se avizore un nuevo horizonte de realización personal. Pero si se sigue con la cantaleta que hay que proteger a los intocables de turno, sin lugar a dudas el saldo final va a ser desastroso. Es lógico, con gente sin convicción, desprendimiento, que solamente piensa en el sueldo que va a recibir a fin de mes y alzar en hombros al superior, es, ha sido y será, la causa del debacle nacional. Es que solamente se consigue el umbral de la excelencia, cuando hay calidad, conocimiento, entrega por las causas justas. Si no hay esos valores en el espíritu, se está arando en el desierto. Por eso, nunca es tarde para enmendar el rumbo de la nave cuando marcha a la deriva. Más para ello hay que decir las cosas como son y tener el valor para colocar en el sitio que le corresponde a todos sin excepción. De una adecuada ubicación del capital humano, depende el triunfo de toda empresa que piensa en dar bienestar a la colectividad. De una sabia decisión en cuanto a visión de futuro, saldrá el mañana de ventura que todos buscan y que se aleja irremediablemente por que existen los genios que aparentan bueno para todo, pero son solamente negociantes ocasionales de la credibilidad en base a falsedades como si el mundo se acaba mañana y nadie se va a enterar de sus indignas acciones.