Departían en la sala algo preocupados los esposos Machuca- Torres, acerca de los problemas que no le faltan a la juventud moderna.
IRENE, ¿Sabes Gustavo?, me da la impresión que las relaciones de Pocho con Ninfa no son una simple atracción, sino que se quieren de verdad.
GUSTAVO ¿Pero qué le ha visto a esa flaca que más parece menudencia que otra cosa?
IRENE, ¿Por qué le dices menudencia, si algo… tiene? (enfatiza con las manos una figura femenina)
GUSTAVO ¿No te das cuenta que es pura cabeza y pata?, en cambio yo en mis tiempos me gustaban las que eran bien despachadas (lo dice con orgullo)
IRENE, Hay Gustavo gracias, sino sabré yo de tus gustos (lo dice en forma coqueta a lo que Gustavo responde.
GUSTAVO, Si pero contigo me equivoqué, parecías conejo Angora, puro pelo pero escasa de carne.
IRENE, Ahora hablas así, no te acuerdas que decías que Dios me había hecho justo a tu medida.
GUSTAVO, si pero me refería solamente a tu estatura (ríe burlonamente), bueno, pero reiniciemos la conversación) ¿qué me decías de nuestro hijo Pocho, que está enamorando con la mequetrefe de Ninfa.
IRENE, no la trates tan mal que es una profesional. Ha estudiado taxidermia.
GUSTAVO. Con razón se ha disecado ella misma.
IRENE, no seas tan soberbio, que tu hijo no es una belleza., he notado que sus amigos le dicen “arena fina” y sabes ¿por qué?, porque no tiene piedra.(lo repite poniendo énfasis al apodo)
GUSTAVO, es que ha salido a ti, no ha sacado nada de mi abusiva y desmesurada belleza masculina (orgulloso). Si yo te contase Irene, en mi juventud ¿Cuántas mujeres se mataron por mi?, que no me lo vas a creer. Si les negaba mi amor, preferían la tumba.
IRENE, ja,ja,ja, ja, ja, ja, no me hagas reír que recién estoy operada de la vesícula. Se habrán muerto pero de miedo, porque de amor, lo dudo. Si tu mamá me contó que cuando eras niño, tu ángel de la guarda; que sufría de los nervios, dormía en otra cama porque te tenía miedo y ahora me vienes que eras lindo. ¡Hazme el favor!, Seguro que no tenías espejo en tu casa.
GUSTAVO, lo dices de envidia porque en ti ya nadie se fija, en cambio yo, aún tengo mi jale. Imagínate que el otro día, una señora que cruzaba la calle, por mirarme, casi lo atropella un auto.
IRENE, bueno en realidad hay gente que mira cualquier cosa, lo que no sirve o quizás se sorprendió creyendo que eras de otro planeta.
GUSTAVO, nunca me voy a poner de acuerdo contigo, pero no te olvides que siempre has tenido celo de toda mujer que se me acerca, las miras con una cara, que las quieres matar…
IRENE, no es por celos, (molesta) Gustavo, si no que ya estoy cansada y aburrida que me digan en la calle, en el trabajo, por fin en todo sitio ¡De que especie es tu mascota! Y nadie me cree que eres mi esposo (en eso tocan la puerta y entra Pocho con Ninfa del brazo, felices y contentos)
POCHO, Mami, papi, buen día (nervioso), les presento a Ninfa. Como ustedes comprenderán, ya tengo mi profesión y creo que estoy en edad de pretender, por eso les comunico oficialmente que es mi enamorada y abrigamos la esperanza de una próxima boda.
IRENE, (sonriente) Mucho gusto de conocerla señorita, algo ya me había dicho Pocho. Eres bien hermosa.
GUSTAVO, me alegre verte hijo y encantado de conocerla señorita, pero dada las circunstancias, creo que se están apresurando las cosas, salvo que (hace el gesto como si estuviese en cinta la chica a lo que ella responde inmediatamente)
NINFA, (sorprendida), usted está muy equivocado señor, nada de eso, claro que el ha querido la prueba de amor, pero yo le he dicho que quiero llegar al altar casta y pura como las gotas de la lluvia (lo dice suspirando y muy romántica), además le he dicho tajantemente, que si insiste, tendrá que pasar por sobre mi cadáver, sí sobre mi cadáver (repite con énfasis)
GUSTAVO Usted dirá, por sobre sus huesos porque cadáver ya lo es hace tiempo.
IRENE, por favor Gustavo, más respeto por Ninfa que es toda una señorita por sus cuatro costados. (Molesta)
GUSTAVO, (con Ironía) Irene, estás mal de la vista, ¿cuáles son sus cuatro costados? , si es plana que parece un lenguado en huelga de hambre.
IRENE, es que ella es una mujer fina, esbelta, no es como esas pechugonas, caderonas, (se ayuda con las manos para enfatizar las palabras y representar volumen) ella es una mujer de corte europeo…(interrumpe Gustavo)
GUSTAVO, Escúchame, si ella es europea, entonces yo soy un ángel del cielo…
IRENE, ¡Es la verdad Gustavo¡, por eso yo creo que Pocho con esta belleza se sacó la lotería nuestro hijo
GUSTAVO. Irene por favor, más ecuanimidad, tu crees que si a ella lo rifan, alguien compraría un número. Ni loco. Para mí, ni de yapa la recibo.
POCHO. (Molesto)Me parece padres, que esta conversación no tiene sentido, Mamá, antes que me olvide, ¿has amarrado al perro? no te había contado que Ninfa le tiene mucho miedo los canes.
GUSTAVO, Irene, si amárralo, porque el perro se la puede comer no ves que ella es puro hueso.
IRENE, ya basta Gustavo con tus ironías. Cambiando de tema, Pocho me contabas ¿qué pensaban contraer matrimonio próximamente?
POCHO, Si mamá, he comprendido que muy bien puede ser mi media naranja.
GUSTAVO, dirás mi medio lombriz…(sonríe)
IRENE. Mejor Gustavo escúchame hablar a mí y después opinas. En vista que las cosas son serias, entonces mi querida Ninfa te voy hacer unas preguntas y espero que me las respondas pero sin mentir, de mujer a mujer ¿estamos? Dime, tú sabes cocinar, lavar la ropa, hacer limpieza, cuidar bebes, lavar la ropa, principalmente ¿sabes sus gustos de mi hijo?
NINFA, (Un tanto incómoda) La verdad señora que nada de lo que usted me ha preguntado, yo se. Usted comprenderá que me he dedicado a estudiar y el trabajo no me deja tiempo para aprender esas tareas hogareñas que muy bien la puede hacer la empleada.
IRENE, (totalmente malhumorada) sépalo muy bien Ninfa que a un hombre no solamente se le busca para la cama y el hecho de estudiar, ser profesional o trabajar y por último; así seas Presidenta de la República no quiere decir que dejes las tareas del hogar de lado. Puedes ser una eminencia, Una persona fuera de serie, pero antes que todo, eres una mujer que nunca debe perder el instinto maternal. Yo también soy profesional pero he criado a mis tres hijos y jamás los he dejado abandonado.(molesta)
GUSTAVO. Irene tiene razón, hablando en oro, ella siempre se dio tiempo para todo y por eso la considero la reina del hogar ya que por nada dejó de lado sus deberes de madre.
POCHO, (fuera de sus casillas) No me explico por qué madre tienes que hacerle tantas interrogantes a Ninfa, si acaso va a vivir contigo !Va a ser mi Esposa! y todo lo que pase a ella, será de mi responsabilidad. Si sabe o no sabe las tareas del hogar, es mi problema. ¿Entendiste?
IRENE, escúchenme los dos ( dirigiéndose a Pocho y a Ninfa, entre molesta y amorosa) Yo te he traído al mundo, Yo te he criado como debe de ser, te he cocinado, te he preparado los potajes que a ti te gusta, te he lavado tu ropa, te he aconsejado. Por eso no voy a permitir de ninguna manera que porque te casas, en adelante, te atienda la empleada. Ella será una profesional en su oficina, en su trabajo pero en tu casa, es una mujer común y corriente y bendita como son todas las madres del mundo y te exijo que hagas respetar tus derechos y que todo se haga de común acuerdo como también debes cumplir con tus deberes como esposo y ser fiel. (todos quedaron en silencio y fue Ninfa quien resignada y comprendiendo la situación dijo)
SEÑORA IRENE Y SEÑOR GUSTAVO la verdad que nadie me había hablado así, pero usted tiene toda la razón. Yo también algún día seré madre y no me gustaría que alguno de mis hijos, a quien he criado con tanto amor, una mujer que no le dio la vida, no le de el sitial que le corresponde. Cuando hay amor, hay que darse tiempo para todo y no hay nada más hermoso que atenderse mutuamente, compartir las tareas del hogar y así será como usted lo dice.
IRENE Gracias Ninfa (casi llorando), no sabes la alegría que me das, al saber que mi hijo irá en buenas manos. ¡QUE DIOS LOS BENDIGA!
(Todos se abrazan amorosamente y del brazo se dirigen al público y dicen en coro:
¡FELIZ DÍA DE LA MADRE