HACIA EL UMBRAL DEL AMOR

Una perenne alegría
No te la brinda el dinero
La que da tal ambrosia
¡ES EL AMOR VERDADERO!

En los actos más pequeños
Donde se muestra amistad
Está la felicidad
Y un horizonte de sueños.
En los más nimios empeños
En que se ofrenda valía
Reside la algarabía
Que da norte por doquier,
Y genera en todo ser
UNA PERENNE ALEGRÍA.

II

Ni el entorno más fastuoso
Proporciona dicha plena
Lo que da una estancia amena
Es compartir sin acoso.
Si hay un fin maravilloso
Junto a un cariño sincero
Surge un orbe placentero
De profunda identidad,
Más una fiel unidad
NO TE LA BRINDA EL DINERO.

III

Productiva es la persona
Si forja huella imborrable
Y si hay paso inmarchitable
El mismo entorno ovaciona.
El que en nada desentona
Denota su real valía
Y al no ser de ruta impía
No lo agobian las mareas,
pues son las mutuas ideas
LA QUE DA TAL AMBROSÍA.

IV

Si en aprender se enfatiza
Para más emprendimiento
Al generarse el talento
El baluarte se realiza.
Si la pareja eterniza
Ir tras mismo derrotero
Se edifica un leal sendero
En razón a la eficiencia,
Pues lo que otorga excelencia
ES EL AMOR VERDADERO.

V

Si no cuestan los honores
O posiciones de altura
Su brillo muy poco dura
Al despertar resquemores.
Por que no halla sinsabores
Al albor del soberano
Crear un rumbo galano
Sin la soberbia inusual,
Que ningún bien material
TE BRINDA CALOR HUMANO.

VI

Si todo lo que se ostenta
es producto del trabajo
no se sufre un altibajo
al librase de la afrenta.
Si el futuro se cimenta
Con aureola divinal
Se consigue un buen umbral
Si se aleja del encono,
que no más otorga el trono
¡EL AFECTO ESPIRITUAL!

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