EL ENEMIGO DEL CAMBIO III

No es baluarte quien critica
Ni el que finge acción social
Con obras se justifica
¡EL PASEO TERRENAL!

Por eterno disconforme
Quien con nada está de acuerdo
se demuestra nada cuerdo
por su espíritu deforme.
Es por siempre el disconforme
Con todo lo que se indica
Pero no es el que se aplica
En brindar su virtuosismo,
Y por vil oportunismo
NO ES BALUARTE QUIEN CRITICA.

II

Es el que se mete en todo
E inconscientemente acusa
Y de su error no se excusa
Por lucir un raro modo.
Sin medida arroja lodo
sin un concepto imparcial
y por ser hito del mal
de su hiel no se arrepiente,
Y no es un líder si miente
NI EL QUE FINGE ACCIÓN SOCIAL.

III

Honrando a su terquedad
Ni ante su equivocación
se modera su expresión
y denota identidad.
Es que luce mezquindad
Y su infamia ratifica
Y al ser el que no claudica
Más indigna su presencia,
si tan sólo la existencia
CON OBRAS SE JUSTIFICA.

IV

Según su injusta opinión
De la crisis dominante
Nadie muestra don fragante
Ni genera proyección.
Sólo ven su promisión
Manifiesta muy formal
Más resulta un desleal
Que no más se contradice,
si la acción es que bendice
EL PASEO TERRENAL.

V

Por su verbo impresionante
A cualquiera lo convence
Pero hasta él mismo se vence
Por indigno petulante.
Su calaña de farsante
No le asigna magnitud
Al contrario ineptitud
Por su apagado candil,
Y en este caso el servil
SOBRA POR SU INGRATITUD.

VI

Si de sapiencia simula
Pero ausente de cariz
Es no más que un infeliz
Que al farsante sólo emula.
Si su historia no regula
Es agente de ficción
Que más busca posición
Que darle altar a su mente,
si su hablar insuficiente
¡NO AVIZORA SOLUCIÓN!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *