Hay quienes se creen estar viviendo en el altar de la fastuosidad, sin tener los atributos necesarios como para aspirar tal honor y piensan que los demás tienen que rendirle pleitesía como si fueran reinas del olimpo. Es preciso saber que todo lauro mal ganado, no es eterno y al ser tal alcurnia, producto de la pedantería, una vez que se acaba el tiempo de apogeo; se desvanece el trono de la abundancia y se vuelve a ser el mismo de antes. Es por eso que en las buenas y las malas hay que lucir una identidad realista, sin vanagloriarse de nada, porque la aureola de grandiosidad resulta efímera sino fue cosechada con el propio esfuerzo.
Abundan los que se dedican en cuerpo y alma a provocar el mal por doquier en toda los actos que tiene que hacer para subsistir y no respetan a ninguno, hasta llegar al colmo que se creen que nadie le va a hacer nada porque cuentan con buenas amistades y actúan a diestra y siniestra porque la justicia no esta hecho para ellos. Si en cualquier momento el árbol que le da la sombra se pueda marchitar y se quedan sin apoyo y es cuando se tiene que agachar la cabeza, pisar tierra y empezar a caminar confundido en el mar de gente que lo mira con desprecio por su voluble parecer.
Algunos, que no son tan pocos; piensan que para ser exitoso, hay que tener edificios, dinero, chacras, ganado, cuentas bancarias en euros, auto último modelo, tres amantes o más; cuando eso solamente lo hace una persona adinerada e inconciente y envanecido por el brillo del oro que lo torna pudiente. Si de igual forma por esfuerzo propio o delinquiendo se puede lograr este sitial pero no es exitoso, solo tiene soles, billetes, dólares, etc. En este sentido, si se es reconocido por todo el entorno por sus dotes de persona legal, por sus conocimientos como profesional, por sus habilidades, atributos mentales, por su creatividad, por ser cultor de la amistad, por ser humano, humilde pero innovador; con empatía, proactivo, con sinergia; disfruta con su grupo circundante del sitial que goza, es totalmente desprendido; es líder con ideas innovadoras; da la mano al que en verdad necesita; así no tenga chequera en el bolsillo o ahorros en el extranjero, o un yate en Acapulco; recién podemos hablar que es una persona de éxito. Es que el espacio donde vivimos no es un planeta para millonarios, sino para transformadores de la sociedad en aras del bienestar general.
Todos dicen saber las claves para lograr ser un triunfador y cínicamente hasta se atreven a dar consejos; pero son los primeros que están a la expectativa de ver algo mal parado paras llevárselo y que forme parte de su futura riqueza. Por eso es preciso recordarles que la fuerza de voluntad, la sinceridad, el afán de creatividad, la solidaridad y la sabiduría con visión de mundo, son las únicas estrategias que convierten al ser en una persona capaz de dejar obras imperecederas para la posteridad porque es una persona que rompe esquemas por sumamente emprendedora.
La persona que es extremadamente desconfiada y cree que todos le va a robar, insultar, violar, maltratar, engañar, menospreciar; esa falta de credibilidad en los demás, hace que se vuelva huidiza, antisocial, calculadora, que siempre va a la defensiva porque es uno de aquellos seres que no tiene personalidad ni sabe por dónde camina ni a dónde quieren llegar. En aquel que se lo merece, previo examen a conciencia, es posible confiar y tener fe. Por eso al tener esa visible inconducta, está destinada al fracaso, tan solo por su falta de humanidad y seguridad en si mismo y no tener la cualidad de distinguir el bien y el mal y solo está acostumbrado a suponer lo que en algunos casos no es así.
La mentira por ser el mal del siglo XXI pero que se utiliza para lograr el estrellato y la aceptación del pueblo; cuando se vuelve forma de gobierno, de actuar, de vivir, de conversar, de tratar; se convierte el ámbito incierto, tenebroso y lleno de nubarrones. Es que tan solo la verdad es el valor moral con la cual se edifica el mañana de los pueblos. La falacia es la guillotina que cercena los más grandes anhelos de superación en bien de los grupos humanos que están al borde de la pobreza. Por esta gran razón, así duela, hay que apuntar hacia la veracidad de los hechos y en base a ello, edificar la ruta hacia el futuro venturoso, que se le ve lejano, difícil pero que es posible con tesón.
En las esferas sociales y en todo tiempo, no faltan aquellos que se suben a las faldas del gobernante de turno para tener trabajo, comodidades para si mismo y toda la parentela a cambio de su servilismo y sumisión. Más cada vez que hay cambio en el equipo, ahí están presentes; es que son especialistas en ponerse otra camiseta según la ocasión y como si fuera una epidemia, cada vez proliferan con más facilidad. Esta actitud de ciertos grupos sociales es la causa directa porque nos encontramos atrasados en todo el sentido de la palabra. A pesar que se comenta que gozamos de bonanza económica. Aún siendo un país de gran tradición y un pasado lleno de gloria, seguimos padeciendo de las más grandes necesidades, mientras otro sector está por sobre todas las cosas por su acercamiento al que luce la banda que le da majestuosidad. En virtud a ello es preciso que se acaben de una vez por todas esas castas de oportunistas mediocres, de aprovechadores, de suplantadores, que bajo el escudo de algún partido, o agrupación, tiene licencia para acaparar todos los puestos de trabajo habidos y por haber, mientras que una gran mayoría desde que amanece, invoca a todos los santos para poder parar la olla y mantener a la familia, e invoca al divino porque ya no cree en los humanos.
Es visible como hay quienes negocian su silencio, su libertad personal a los grandes manipuladores de la realidad nacional. De la noche a la mañana se construyen ídolos, adalides, guías, líderes virtuosos, en base a la publicidad subliminal. De lo contrario le hacen la guerra a la autoridad del momento para sacarle provecho pues por callarse la boca, les da la oportunidad de acomodar a quien se le venga en ganas en los puestos de trabajo o recibir dinero por alabar a la persona sin merecerlo. De igual manera, de la noche a la mañana, pasarse al equipo gobernante, desempeñarse a medias en lo que no sabe hacer y apenas se queda sin la preferencia, empezar de nuevo con el ataque diario hasta ablandarlo y sacar partido de la famosa libertad de prensa y vivir de ella.
La poca o nula valoración del talento, de los intelectuales, de las habilidades, de las capacidades, de las cualidades, del inanatismo personal; da pie a que se trabaje con la gente menos especializada en las tareas que bien pueden llevar al crecimiento y desarrollo de la comunidad. Al hacer acopio del personal sin nortes a la vista, para pagar favores políticos o ayudas en campañas electoreras; determina que se labore con lo peor de la vidriera y por eso es que los resultados de tan desatinada decisión, son desastrosos y que a cualquier localidad, lo llevan al abismo del abandono y el receso. Es que el profesional capacitado con experiencia, el joven emprendedor, el dotado de atributos fuera de lo común, desgraciadamente camina cual desocupado por las calles de siempre con su título bajo el brazo o de lo contrario se dedican otra actividad muy ajena a la que estudió; mientras que el bueno para nada ocupa un buen puesto en la Ata Dirección del ente; por esas cosas que da la vida, que nadie entiende pero que crea millonarios de la noche a la mañana.
Ocurre que algunas personas, no todas felizmente; después de haber vegetado por 30 años en su mismo escritorio, haciendo una labor sin trascendencia para las grandes masas y que le restó tiempo para remotas realizaciones, ya en la última curva de su existencia, se animan a estudiar y con esfuerzo o no, logran Maestrías, Doctorados, y otros grados más, lo que sería muy halagador y sujeto a eterna felicitación por ser ejemplos de superación, si es para mejorar su producción, servicio y eficiencia y dar mejores luces en su labor cotidiana que realiza en bien de la comunidad. Más si es con el fin de eternizarse en el puesto y trabajar hasta que Dios quiera, desplazando a un joven con nueva mentalidad y que necesita dar su aporte a la sociedad; no se está ganando nada y más parece una simple e indignante egolatría sin límites; salvo que sus Proyectos de Investigación por ser totalmente innovadores, transformadores, sirvan para eliminar para siempre la extrema pobreza, la desocupación, la drogadicción, la delincuencia, la inmoralidad y gracias a ello se pueda marchar con paso firme hacia la victoria total plenos de prosperidad, para beneplácito de toda la nación y del mundo entero.
Los conocimientos pueden ser académicos y que son adquiridos en los centros de estudios superiores técnicos y universitarios; como también predisposiciones nacidas con la persona antes del conocimiento y que al desarrollarlas, le depara el pico más alto de la popularidad. De la conjunción de ambos de manera equitativa y visionaria, indudablemente se llega a límites inimaginables de metas por realizar. Más no siempre ocurre así, como por ejemplo en el arte integral, por citar algunas de las múltiples actividades del hombre. En todas sus facetas tenemos valores, graduados a veces por la necesidad de surgir, a golpe de constancia, tesón, fuerza de voluntad al realizar la práctica diaria de su oficio, habilidad o atributo que le nacen del alma y logran sobresalir de manera sobrenatural y por su calidad comprobada; no inventada porque los hechos lo dicen. Ellos con todo derecho que le asiste; muy bien pueden delegar esa sabiduría a su entorno en aras de multiplicar la sapiencia. Más en ciertos casos encuentran impedimentos por los eruditos titulados en centros de prestigio y trayectoria y se les margina a pesar de todo el caudal de creatividad que poseen. En realidad es preciso que se medite sobre estos casos y se le brinde la oportunidad de cristalizar lo que nació con ellos y puedan llegar hasta donde les alcance sus deseos de superación en base a su talento original, porque de lo contrario se estaría marginando, separando, mancillando, desplazando, olvidando a un valor que muy bien por su creatividad, puede formar parte y con creces integrar la legión de grandes iluminados de la historia que marcaron época por sus dones artísticos y excepcionales y que muchas veces, salvo contadas excepciones, no tienen; ni tendrán tampoco, los connotados y encumbrados profesionales de las mejores Universidades del mundo. De esta reflexión nace el real postulado que si el saber adquirido o habilidad motivada, tan solo sirve para sobrevivir en este corto paseo terrenal y no da frutos para bien del que más lo necesita; se está a la misma altura de aquel que no sabe nada. Los hechos son lo únicos testigos de la capacidad humana, porque en cuestiones del saber, no tiene cabida la propaganda barata de valorar lo invalorable o hacer posible lo imposible.
Por todo lo expuesto con la verdad en la mano, hay una gran realidad que no se puede ocultar: lo que sembramos es lo que cosechamos. Entonces si el cambio no lo hacemos ahora, no se prioriza con agresividad, no se va a realizar nunca. Por eso lo único que queda es hacerse un examen de conciencia pleno de imparcialidad y definir realmente, ¿qué somos en este mundo? Y según el resultado sea cual fuere, tomar las medidas correctivas necesarias, no sólo pensando en el bienestar personal o familiar, sino de toda la nación en general, adquirir más virtudes para potencializar las acciones en pos de más efectividad y eliminar defectos y con la fuerza que nos da un ser superior, empezar nuevamente nuestro tránsito hacia le umbral de la excelencia. Para ello hay que humanizar y espiritualizar al humano aún más para que al fin exista una perfecta comunión de pensamientos y el mundo en su totalidad se encamine hacia objetivos comunes en base a solidaridad planetaria.
La tarea es difícil pero con el esfuerzo de todos y deseo de un cambio total, es posible ascender a la cima de la montaña que es la felicidad en base al conocimiento y que determina el bienestar general por siempre.
AL CASTILLO DE ILUSIONES
Al no ser conocimiento
Si hay rasgos de afectación
Así diga que es talento
¡ES TAN SOLO PRESUNCIÓN!
Quien derrocha petulancia II |
Quien muestra sabiduría V |
Si algún sabio es un pedante III |
Su visible insensatez VI |