Al acabar la existencia
ojalá el recuerdo exista
para invocar tú presencia
sin que sufrimiento insista.

Que no me correspondiste
a mi propuesta de afecto
de morirme, no es correcto
que un cariño no me diste.
Si entenderme no supiste
convirtiéndome en esencia
extrañaré tu presencia
que a mi ser lo puso a tono,
pues no quiero tu abandono
al acabar la existencia.
II
Si en la blanca dimensión
pudiera visualizarte
trataría de llamarte
a través de la oración.
Más no se si hubiera el don
de conseguir una pista
y seguir en la conquista
a tu cariño especial,
en la aurora espiritual
ojalá el recuerdo exista.
III
Si donde hay discurso eterno
contigo hiciera contacto
te buscaría en el acto
y darte calor fraterno.
Abrigaría tu invierno
sin el dolor de tu ausencia
en grata reminiscencia
te pintaría al vacío,
que tu hagas lo mismo ansío
para invocar tú presencia.
IV
Si en la infinita mansión
me dan poder trecho a trecho
te arrullaría en tu lecho
con amorosa pasión.
Otorgándome visión
Al no perderte de vista
se logrará que resista
y supere ingrata prueba,
empezando vida nueva
sin que el sufrimiento insista.
V
Que no importe la distancia
sin más cruel desolación
prospere al fin la pasión
irradiando fiel fragancia.
Si me brindas tal estancia
mi duda terminará
y nunca se acabará
lo que a tu lado he sentido,
es que no conoce olvido
aquí, ni en el más allá.
VI
Que entre energía y la muerte
no haya tal separación
y con vasta comunión
se torne el lazo más fuerte.
Si no llegase a perderte
tendrá mi alma placidez
más si no hay tal solidez
no podría consolarte,
al no poder evocarte
me moriría otra vez.
