El canto del ruiseñor
que surge desde una roca
por ser una reina en flor
a mi espíritu retoca.

Ruge el río embravecido
desde su ruta hacia el mar
rompe un trino sin cesar
un alado enrarecido.
En su raro recorrido
arroja mucho temor
refleja el ruido un temblor
refiriendo un cruel ocaso,
le resalta su buen paso
el canto del ruiseñor.
II
Quien revisa su caudal
no ríe ni ante el error
presiente con resquemor
un resultado fatal.
Raudo avanza horizontal
El miedo a ratos provoca
con un ritmo que hasta aloca
representa al vil quebranto,
le da rumbo el dulce canto
que surge desde una roca.
III
Risueño el sol da su lumbre
que derrite los nevados
reseca a todos los prados
renaciendo incertidumbre.
Le recalienta la cumbre
con su rayo en esplendor
y entre su tibio candor
hasta el ave corre y pía,
brindando su melodía
por ser una reina en flor.
IV
La fauna con grande celo
se aleja de la rivera
y se retira en primera
originando revuelo.
La gente con gran recelo
el rebelde cauce enfoca
más por nada el rol evoca
del rimar del pajarillo,
que reluciente y sencillo
a mi espíritu retoca.
V
Vibra la tarde rendida
después de un claro derroche
rinde homenaje la noche
y a un fiel rito da cabida.
La tierra rota teñida
reluciendo oscuridad
retiene en su inmensidad
un romántico destino,
refugia un amor genuino
de reluciente bondad.
