A tu mundo reluciente
donde hay perfume de flores
le doy brisa de mi fuente
en pos de tus resplandores.

 

Te contemplo en la distancia
y cuando llego hacia ti
lo que yo jamás sentí
la comparte tu fragancia.
Me induce tu exuberancia
y delira mi inconsciente
por residir en mi mente
a tu esencia daré vía,
al ser quien pondrá armonía
a tu mundo confidente.
II
Apareces como encanto
sin que sea un espejismo
por tu ferviente optimismo
no mereces desencanto.
Ni una lágrima, ni llanto
solo mágicos albores
y entre fatuos esplendores
te corones majestad,
es que tú eres la beldad
donde hay perfume de flores.
III
Vas tan dulce y candorosa
con tus aires de princesa
y si te hallo de sorpresa
te contemplo más hermosa.
Por amable y cariñosa
como un haz resplandeciente
al ser toda complaciente
me despiertas emociones,
que a todas tus ilusiones
le doy brisa de mi fuente.
IV
Amarte del todo quiero
como a la dama preciosa
o la joven primorosa
que en su ausencia voy que muero.
Por tenerte desespero
y gozar de tus amores
siendo mío tus fulgores
te daré felicidad,
en tanto voy de verdad
en pos de tus resplandores.
V
Igual como yo te adoro
con un afecto oportuno
no creo que exista alguno
porque tú eres mi tesoro.
Por eso te rememoro
y prometo ser muy fiel
para amarte a flor de piel
hasta yacer a tu lado,
quedando todo extasiado
de esos tus labios de miel.