GLORIA AL VATE DE CHANCAY

Don Augusto Palomares
por cumplir su caro anhelo
versaba en variados lares
antes de irse rumbo al cielo.

En Chancay llegó a este mundo
un distrito de Huaral
fiel ámbito natural
le dio un sentido fecundo.
Fue niño y joven profundo
con trabajos singulares
más los estudios sin pares
unía a la inspiración,
el vate de vocación
Don Augusto Palomares.
II
Con afecto solidario
conociendo de electrónica
siguiendo la misma tónica
decidió ser empresario.
En Lima su corolario
en negocio agarra vuelo
forma hogar en firme suelo
y el éxito forja brío,
más en su ser hay vacío
por cumplir su caro anhelo.
III
Después de toda una vida
desempeñando labores
cambia todos sus fulgores
y vuelve a tierra querida.
Su sueño lo consolida
tras inventivos andares
evoca espacios y mares
en senderos de ambrosía,
por ser lo que más quería
versaba en variados lares.
IV
A sus cuentos da un atril
la décima nace pura
leal soneto le da altura
tras deslumbrante perfil.
Denota porte viril
su mensaje toma vuelo
al ser del alma consuelo
anticipando al Divino,
forjó legado genuino
antes de irse rumbo cielo.
V
Municipio y escritores
Lo premian al Hijo Ilustre
Diplomas le sacan lustre
A sus fines creadores.
Sus ofrendas por mayores
De luto cubren su faz
Pues parte al edén solaz
Cubierto todo de gloria,
Al concluir bella historia
¡Augusto descansa en paz!

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