Al darme tu albor aliento
el cielo su bendición
tú me das un firmamento
donde mi verso es canción.
Hoy lo vengo comprobando
que de mi tu eres el mundo
pues no pasa ni un segundo
y ya te vengo extrañando.
Siento que me vas faltando
lo noto en cada momento
más la dicha que yo siento
aún no es parte de tu mente,
pues yo vivo solamente
al darme tu albor aliento.
II
De esta vida no me quejo
si Dios me otorga aptitudes
pues de aquellas actitudes
diariamente soy espejo.
Más como nada es parejo
y al ser tu mi tentación
te quiero de corazón
por lo que tanto te halago,
que me da por lo que yo hago
el cielo su bendición.
III
Por eso te adoro más
sin saber lo que me pasa
es que en mi sangre hay la brasa
que solo tú apagarás.
Ante la fe que me das
va encendiendo mi talento
y me realizo contento
de recibir tus albricias,
en tanto si me acaricias
tu me das un firmamento.
IV
Al ser única mujer
en tu mirada fragante
hay un norte fascinante
del más bello amanecer.
Incluso no se que hacer
si no tengo tu expresión
me hace falta tu pasión
para que surja mi trino,
es que tu eres el camino
donde mi verso es canción.
V
En ti anhelo comprensión
pues no tengo otra esperanza
bríndame fiel confianza
para tener proyección.
Si me niegas tu visión
se termina mi alegría
y acabas mi poesía
terminando mi existencia,
es que yo sin tu presencia
soy un hombre en agonía.