Al ser mi estancia un desierto
siendo tu lo bello y grato
si en la noche me despierto
te recuerdo de inmediato.
Ojala que no te asombre
es que tu eres mi remanso
que en mis horas de descanso
hasta pronuncio tu nombre.
Esta forma de renombre
de mi corazón abierto
refleja mucho por cierto
de tu embrujo que obsesiona,
hay la dicha en mi persona
al ser mi estancia un desierto.
II
A cada rato me acuerdo
de tu imagen seductora
al ser muy encantadora
en tu silueta me pierdo.
Me olvido de ser muy cuerdo
y mi carácter sensato
es que por tu don innato
das muy pura tu amistad,
que no muero en soledad
siendo tu lo bello y grato.
III
Ya no puedo ni un instante
separarte de mi euforia
es que vives en mi historia
por tu destello fragante.
Siendo ninfa fascinante
elegirte fue un acierto
y ya no hay futuro incierto
pues me supero con creces,
que sin pensarlo apareces
si en la noche despierto.
IV
Te vuelves lluvia en mi estío
suave rosa en primavera
una brisa mañanera
y en madrugada, el rocío.
Es por eso en ti confío
ya no soy un insensato
pues contra todo arrebato
vas a mi alma comprendiendo,
que así me encuentre durmiendo
te recuerdo de inmediato.
V
Eres tierna acompañante
si me hallase solitario
pues me das lo necesario
para seguir adelante.
Al ver tu paso triunfante
se despeja mi tristeza
renaciendo mi entereza
pues de tu afecto hay derroche,
que te amaré sin reproche
en honor a tu grandeza.
