Con tu verso de ambrosía
cuajado en dicha y dolor
al perfumar noche y día
Alfonsina tu eres flor.
Poetisa sin fronteras
de la Argentina feraz
musa y ave de la paz
por encima de barreras.
Encendiste las praderas
con tu voz en sinfonía
y tu canto de valía
es cual sol que resplandece,
el firmamento florece
con tu verso de ambrosía.
II
En un mundo indiferente
por el ego sin final
tu palabra terrenal
señaló febril corriente.
De modernista vertiente
e infinito resplandor
más tu espíritu creador
dio una dulce melodía,
que late tu poesía
cuajado en dicha y dolor.
III
En horas de placidez
diste amor a la existencia
y la luna a tu presencia
le dio enorme exquisitez.
Tu expresión con fluidez
cual eterna sinfonía
de la esencia es firme guía
sin horizonte marchito,
pues tu ofrenda marca un hito
al perfumar noche y día.
IV
Hermana del sufrimiento
y de sensible sentido
que la pena fijó nido
en tu claro sentimiento.
Más tú misma fuiste aliento
Junto al oscuro furor
un halo de tu candor
encendió la noche oscura,
entre océanos de ternura
Alfonsina tu eres flor.
V
Cual ave de albor sutil
con alboradas de encantos
entre lágrimas y llantos
hubo luz de tu candil.
Desde el cielo de tu atril
en horizonte pequeño
y sin mañana halagüeño
fue tu huella emprendedora,
más cual sirena en la aurora
por el mar se fue tu sueño.
VI
En fulgor de profesora
y de poeta imponente
con tu increíble torrente
te fue llegando la hora.
Más lo que al fin se atesora
por venerable talento
buscó descanso el cimiento
sin estancias cristalinas,
junto a las olas marinas
tu nombre repite el viento.