Por amar a la cultura
noble afecto a la belleza
va don Herbert que perdura
en honor a su grandeza.
Al ser maestro sin par
y un artista sin fronteras
ilumina primaveras
desde el atrio de su altar.
Su atributo singular
con sus aires de mesura
despierta fiel galanura
de figura inmarchitable,
dejando huella imborrable
por amar a la cultura.
II
Quería a la gran ciudad
su apacible corazón
cuidaba de su expresión
y su ornato de verdad.
En pos de vistosidad
defendía su realeza
pues su sensible entereza
daba nítidos reflejos,
que brillaba desde lejos
con afecto a la belleza.
III
La casa Tradicional
fue su grata residencia
denota magnificencia
de un estilo sin igual.
Por su corte original
representa la hermosura
un tiempo que se apresura
y enseñanza huella deje,
que así el periodo se aleje
va don Herberth que perdura.
IV
Al ayer un rumbo traza
hacia el mágico presente
pero vacía la fuente
de su cariño que enlaza.
Las palomas de la plaza
aun desplazan con tristeza
más se nota en su destreza
que ya no se encuentra el guía,
es que rinden pleitesía
en honor a su grandeza.
V
Se que gozas de la gloria
que te brinda el santo cielo
nos sirve de gran consuelo
hacedor de bella historia.
No se acabará tu noria
y el fulgor de tu optimismo
pues tu grácil dinamismo
forja un hito hacia la cumbre,
es que Herbert eres lumbre
de leal moqueguanismo.