A quien le importa un comino
el daño que se ocasiona
es tremendo desatino
de la indignante persona.
Al que sufre una injusticia
cuando nadie brinda aliento
le delega sufrimiento
sí al causante no se enjuicia.
Quien se basa en la malicia
jamás actúa con tino
y con paso repentino
no da peso a las protestas,
va con la crisis a cuestas
a quien le importa un comino.
II
Quien ataca es inconsciente
y si permite el de arriba
un descalabro motiva
yendo contra la corriente.
Como avanza malamente
a su entereza traiciona
la torre se desmorona
al no tener sentimiento,
pues no razona al momento
el daño que se ocasiona.
III
No valora el sentimiento
ni siquiera cualidades
avala oportunidades
del infame atrevimiento.
Frente al duro desaliento
no da norte cristalino
y sin un paso genuino
nada asume por doquier,
más por oscuro poder
es tremendo desatino.
IV
Toda falta que comete
no le da sentido peso
hasta camufla su exceso
si la crítica arremete.
Ante alguno que lo apriete
sin duda se le sanciona
y al costado lo amontona
al ser poco resoluto,
es un maligno atributo
de la indignante persona.
V
A la palabra exigente
la barajan los felones
defienden sus opiniones
con sentido ineficiente.
Hay solo triste inconsciente
de una oscura consecuencia
y no trasluce eficiencia
pues el ego lo domina,
más el dolor que origina
ni remueve su conciencia.
VI
El que hoy ostenta un mandato
más desconoce el derecho
deja al entorno desecho
tras ofensivo maltrato.
Ante horrible desacato
que refleja mezquindad
por su nula integridad
al ser el que no lidera,
un desacierto genera
en activa sociedad.