Frente al afán competente
el valor que ha fallecido
pierde peso su vertiente
que hasta le llega el olvido.
Forja el ser su economía
con la posición social
el adalid sin igual
es a vece sin valía.
Se esfuma su nombradía
sí le investigan su fuente
y el recuerdo no es latente
que el homenaje es engaño,
quedándose sin escaño
frente al afán competente.
II
De prisa se vive tanto
que no pesa el renacer
un cotidiano quehacer
es motivo del encanto.
Lo pasado es negro manto
Cubriendo todo su nido
y por añejo latido
ejerce poca influencia,
anulando su vigencia
el valor que ha fallecido.
III
Es como la moda actual
solo un tiempo rompe esquema
y hasta gente del sistema
ni le da su albor cabal.
No es perenne el fuego real
sí aclama al incompetente
por el espacio inclemente
en el ser si hay pretensión.
ante apego a la ambición
pierde peso su vertiente.
IV
El que en un tiempo fue la gloria
de a poco deja la altura
existe quien conjetura
lo que divulga la historia.
Se tilda de vanagloria
a su tono desprendido
y ante el paso sin sentido.
es deslucido el baluarte,
pues muy poco se comparte
Que hasta le llega el olvido.
V
La propaganda no influye
si no es sólida la esencia
y por baja efervescencia
de su imagen nada fluye.
Este paso constituye
un ingrato acontecer
no hay estable parecer
en lo que es identidad,
pero por modernidad
se opaca el genio de ayer.
VI
Quien en tierra marca un hito
inolvidable es su aporte
además, que marca un norte
por el espacio infinito.
Más si por nada es un mito
su realista misión
merece su exposición
de una manera total,
que el de una huella inmortal
es de eterna evocación.
