El existir nos enseña
que le toca hasta el más fuerte
al ser distancia pequeña
entre la vida la muerte.
Todo ser que viene al mundo
algún día partirá
como vino marchará
dejando un dolor profundo.
Ocurre en solo un segundo
y se derrumba la peña
pues a la estancia halagüeña
se le termina su aliento,
apaciguar el lamento
el existir nos enseña.
II
Se puede ser millonario
un ejemplo de humildad
ser un hito de amistad
o por nada solidario.
Ningún don es necesario
para luego ser inerte
de pronto el luto se vierte
no dejando el cuerpo vibre,
pues del fin nadie está libre
que le toca hasta el más fuerte.
III
El más grande intelectual
un noble y sabio exponente
o talento sorprendente
le llega instante letal.
Nadie es ser elemental
y no solo el que desdeña
si al final se lo hace leña
cruel mal que trae tormento,
ocurre en cualquier momento
al ser distancia pequeña
IV
Tanto bienes materiales
o el brillo que emite el oro
así se tenga un tesoro
alargan tiempos vitales.
Ni le llueven los caudales
Si más resta nada advierte
y ya no es quien todo invierte
tan solo es un ser mortal,
en paseo terrenal
entre la vida y la muerte.
V
En todo caso por eso
acrecienta las bondades
y obtienen utilidades
disfrutando sin exceso.
Es necesario el progreso
sin ser el que dilapida
tras la mutua fe encendida
haya el goce familiar,
sin ambicia singular
que a nada bueno convida.
VI
Tal vez es única ley
que por nada es negociable
puntual llega el ser estable
y no se salva la grey.
No se liberta ni el rey
por eso con fe solaz
de cariño ser un haz
cumpliéndose el recorrido,
mientras nos dura el latido
tener solo amor y paz.