Al verte por vez primera
Toda llena de rubor
Por tu mirada sincera
Supe que eras puro amor.
Como los grandes sucesos
llegaste a mí muy hermosa
siendo divina y preciosa
creadora de embelesos.
En la mejilla los besos
sabían a primavera
y con pasión verdadera
conocí el afecto hallado,
pues me sentí enamorado
al verte por vez primera.
II
Fue decisión del destino
el que yo te haya encontrado
y de inicio haberte amado
bajo un cielo cristalino.
Tu voz cual un dulce trino
en mi entraña era candor
un norte multicolor
de la más sensible brisa,
me emocionaba tu risa
toda llena de rubor.
III
Lucías haz inocente
en tu facción juvenil
encendías el candil
de una pasión trascendente.
Afloró de tu vertiente
un sentir a tu manera
encendiendo la pradera
al haber afinidad,
uniéndome a tu bondad
por tu mirada sincera.
IV
Sabiendo mi recorrido
y tú, recién en capullo
te hice saber de mi arrullo
con lo que en mi había nacido.
Aun siendo correspondido
tras un mutuo resplandor
ante el diverso furor
primaba la sensatez
más por tu aura y calidez
supe que eras puro amor.
V
Por mujer irresistible
si no estabas a mi lado
fuiste lo más extrañado
además imprescindible.
Con calidez increíble
renació el acercamiento
y me diste el complemento
que le faltaba a mis ansias,
más con tus nobles fragancias
eras ángel con talento.
VI
Después de leal situación
buscaste un regazo ajeno
tu ya no semblante ameno
enfriaba la relación.
Por tu moderna visión
ante mi lírica extrema
frente armonía suprema
elegiste propia ruta,
en libertad absoluta
el amarte fue dilema.