Lo que jamás he tenido
no lo pido a mano abierta
si me escucha el convenido
su codicia no despierta.
Hay tantas comodidades
de las que nunca he gozado
más ni siquiera he deseado
disfrutar de sus bondades.
Se esperar con propiedades
para ganar el partido
pero no voy confundido
pues mi sendero es verás,
ni le envidio a los demás
lo que jamás he tenido.
II
Las cosas que necesito
que larga lista conforman
mi existencia no la norman
con interés inaudito.
Sin el arranque fortuito
frente a mi estancia desierta
soy el que va tras la oferta
de manera entretenida,
pues lo que falta a mi vida
no lo pido a mano abierta.
III
Sólo quiero amor y paz
en mi humilde derrotero
sin aquel abrazo artero
que hoy ofrenda el ser falaz.
Más anhelo albor solaz
con horizonte encendido
y con norte desprendido
ir camino a realizado,
pensará que es desplazado
si me escucha el convenido.
IV
Seguro que se entremeten
si se enteran de mi sueño
pues sin sentido halagüeño
hasta su apoyo prometen.
Más al digno lo someten
a la bruma un tanto incierta
y sin dar la voz de alerta
le diseñan su inacción,
denotando convicción
su codicia no despierta.
V
Lo feraz de la existencia
en verdad que cuesta poco
es por eso que hoy evoco
un instante de conciencia.
Si en el alma hay consistencia
con aires de honestidad
surge inmensa cualidad
y al salvarse del abismo,
por espacio de optimismo
nace la felicidad.