LOS AMIGOS DE LA MUERTE

Son en verdad un tormento
las calles de mi ciudad
quien se descuida un momento
peligra su integridad.
 

Por desorden vehicular
más estrechas sus arterias
las congestiones tan serias
hoy ocurren sin cesar.
En carrera singular
se van por el pavimento
y hasta dejan sin aliento
al que está en las avenidas,
atentando con las vidas
son en verdad un tormento.
II
Por las angostas veredas
ya no cave el ciudadano
se camina muy ufano
pero al lado de las ruedas.
No permite que ni cedas
la acera con propiedad
y es un caos de verdad
por la costumbre que adquieren,
más espacios hoy requieren
las calles de mi ciudad.
III
Cobrador y conductores
en el viaje se alimentan
el maltrato representan
mancillando los honores.
Se la dan de corredores
y como avanzan sedientos
la paleta en sus asientos
es delicioso bocado,
que termina atropellado
quien se descuida un momento.
IV
Hay que andar más que despierto
para no ser arrollado
sino queda accidentado
o inclusive acaba muerto.
Bajo real presente incierto
que siembra calamidad
no augura serenidad
pues la crisis nadie frena,
si al tránsito no se ordena
peligra su integridad.
V
Que las obras se prioricen
según la necesidad
y para más calidad
desarrollo sinteticen.
Pensando más se realicen
de una forma muy fraterna
porque el futuro se inverna
si solo es por dar trabajo,
siguiendo sin altibajo
en pos de una urbe moderna.

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